Yo nunca contra la violencia machista

Hemos hablado con Celia García de su proyecto Yo nunca Malasaña. La iniciativa, que se puso en marcha el verano pasado, consistió en la colocación de una serie de carteles en diferentes locales del barrio de Malasaña, en Madrid, con el objetivo de concienciar a los jóvenes contra la violencia machista.

Con motivo de la situación de confinamiento generada como respuesta al Coronavirus, se está experimentando un repunte de la violencia a nivel mundial, también en España. Por eso, la iniciativa se ha relanzado cambiando el foco desde el ocio y los bares a los hogares.

Cartel de la campaña Yo Nunca Malasaña

Cuéntanos, Celia, ¿de dónde surge la idea de usar el juego del Yo nunca para una campaña sobre violencia machista?

La iniciativa de hacer una campaña contra la violencia machista surge de la idea de que la mayoría de las campañas contra este tipo de violencia no hablan al destinatario correcto. Considero que la mujer no es el destinatario principal de este tipo de mensajes, sino que lo es el hombre que agrede o puede llegar a agredir de la forma que sea a una mujer.

Los jóvenes son quienes más a mano tienen cambiar las cosas y son quienes deben aprender sobre el respeto a la mujer y la igualdad. Es por esto por lo que, al dirigirnos a un público objetivo joven, buscamos una creatividad que llamara su atención, y así elegimos utilizar el juego Yo nunca como llamada al interés y a la acción.

¿Qué objetivos tiene la campaña?

El objetivo siempre es el de colaborar en la lucha por la igualdad y en la educación a la sociedad. Yo nunca Malasaña se dirige a un público joven para invitar a estos a reflexionar sobre lo que hacen ellos o sus amigos en su relación con las mujeres. 

Es curioso mencionar que, cuando presentaba este mismo proyecto en la universidad, hice una mención a la normalización que se llega a dar de las actitudes de hombres hacia mujeres en las discotecas, y un buen amigo me dijo: “¿De verdad hay chicos que os tocan el culo en las discotecas? Me he quedado alucinado”. Eso es algo que me sorprendió mucho porque tristemente creo que eso nos ha pasado a todas o lo hemos visto a nuestro alrededor. Él consideraba eso como un tipo de agresión increíble, pero como digo para muchos otros esto es algo totalmente normalizado. El objetivo de esta campaña es que las actitudes de las que hablan los carteles no sean corrientes, sino algo que “encienda la alarma” en las mentes de los jóvenes como comportamiento violento. 

¿En qué elementos pone el foco la campaña, tanto en su etapa inicial como en la actual?

Nos centramos desde el primer momento en la violencia machista ejercida sobre las mujeres en entornos de fiesta, alcohol y calor del verano. Estas son algunas de las típicas excusas que se suelen usar para justificar actitudes y queríamos centrarnos en que bajo ningún concepto lo son. Es por esto por lo que nos dirigimos directamente a los bares y pubs de Malasaña durante los meses de verano. Con este nuevo mensaje que hemos lanzado durante el confinamiento nos centramos en el elemento del aislamiento como justificante de las agresiones que han aumentado en las últimas semanas por la situación de estrés y ahogo dentro.

Cartel de la campaña Yo Nunca Malasaña

Hemos visto a lo largo de los últimos años muchas campañas que, de alguna manera, responsabilizan a las mujeres que sufren violencia machista de su situación. Yo Nunca, en cambio, pone claramente el foco en los hombres que ejercen dicha violencia. ¿Por qué crees que se sigue responsabilizando a las mujeres de las violencias que otros ejercen sobre ellas?

¡Es una duda que me persigue! Repasé año por año las campañas del Ministerio desde 2014, creo recordar que solo había una que se dirigía a los hombres y en esta salían actores famosos diciendo: “Cuando la maltratas a ella, me maltratas a mí”. ¿Significa esto que los agresores deben dejar de hacerlo porque así agreden también a los hombres a los que admiran por salir en televisión? El mensaje es incomprensible y, como dices, el resto de campañas hablaban a las mujeres instándolas a contar su situación o a denunciar, diciéndoles que no están solas, etc. Por supuesto, es importante ayudar a la víctima a sentirse acompañada y segura, pero ese nunca sería el mensaje principal o único. La voz popular siempre ha dicho: “Educa a tu hijo para que no viole, no a tu hija para que no la violen”.

El problema suele venir de los ofendidos que consideran que hablar a un hombre agresor es hablar a todos los hombres. Puede que haya mensajes que no sean totalmente correctos y se puedan malinterpretar de esta manera, pero considero que son la minoría, y que los hombres deben hacer un esfuerzo por comprender mejor la lucha y apoyarla.

Supongo que aún nos queda mucho que avanzar, y por eso movimientos pequeños como este que pueden permitirse mensajes más disruptivos son útiles a la hora de avanzar por este lado.

¿Has podido medir de alguna manera el impacto que han tenido los carteles?

Me habría encantado poder hacerlo, pero para esto habría necesitado unos recursos con los que no he podido contar ya que toda la financiación y producción han sido propias. No obstante, desde el principio recibimos comentarios positivos de los bares. La mayoría de los locales se mostraron ampliamente abiertos y agradecidos por compartir el mensaje. Cuando se retiró la campaña comentaron que habían recibido muchas preguntas y felicitaciones por unirse a compartir un mensaje y solicitaron continuar con el mensaje aunque se retiraran los carteles. Es por esto por lo que cambiamos los cinco carteles grandes por pegatinas que ahora tienen en sus puertas.

Si alguien quiere colaborar con la campaña, ¿cómo puede hacerlo?

Cualquier asociación, organización o ayuntamiento que lo desee puede colaborar, sea de la comunidad que sea. La campaña nunca se ha cerrado a Malasaña, sino que se ha utilizado este barrio como representativo de Madrid.

Hace unos meses me contactaron de una revista de hostelería de Castilla-La Mancha para replicar el mensaje. En estos casos les ofrezco toda mi ayuda y materiales para continuar con el mensaje en otros lugares que sufran del mismo problema. A través del perfil de Instagram o Facebook @yonuncamalasaña pueden escribirme y nos pondremos manos a la obra para conseguir que este mensaje haga reflexionar a quienes lo necesiten.

¿Por qué has creído necesario relanzar Yo Nunca en este momento?

Simplemente porque la realidad siempre supera la ficción y leer que las agresiones y denuncias estaban aumentado por el confinamiento es una noticia horrible. Las víctimas quedan en una situación mucho peor por estar las 24 horas en el domicilio con el agresor. Vi necesario relanzar el mensaje adaptándolo a este momento. YNM hablaba a los jóvenes de los bares porque era el segmento peligroso que encontraba en ese momento. Ahora lo son las víctimas confinadas, y por eso decidí redefinir el mensaje por ahora.

¿Qué podemos hacer para combatir la violencia machista a nivel individual?

Dialogar. Frenar situaciones. No permitir aquello que no consideremos correcto cuando lo vemos cerca —siempre que podamos hacerlo desde nuestra seguridad—. Si vemos a una mujer a la que están agrediendo en la calle o la oímos en nuestro edificio debemos llamar inmediatamente a la policía, grabar pruebas, y ayudar a la víctima si podemos. Si lo vemos en las discotecas avisar a la seguridad del local, cuidar de nuestras amigas, hacer entender a nuestros amigos por qué situaciones que ellos consideran inofensivas a nosotras pueden llegar a afectarnos.  

Cartel de una campaña institucional contra la violencia de género

¿Algo más que quieras contarnos?

Simplemente quiero añadir que estamos en medio de una lucha muy larga y difícil de la que todos formamos partes y en la que cada acto cuenta. Quiero animar a todos a hacer mensajes como este, de la forma que sea, pero que ayuden a entender lo que significa realmente la igualdad. Además, quiero añadir que este es un proyecto de todos, y que quien quiera colaborar puede contactar con el proyecto para lograr juntos el objetivo que compartimos.

¡Muchas gracias!

Puedes encontrar más información sobre el proyecto Yo Nunca en Facebook e Instragram.

Por qué leer «Más allá de la pareja»

Más allá de la pareja es uno de los últimos libros publicados por Continta me tienes. Se trata de la primera traducción al español de More than two, escrito por Franklin Veaux y Eve Rickert. Tiene, por cierto, un prólogo de Janet W. Hardy, autora de la archiconocida Ethical Slut, (Ética promiscua en español), lo cual es un buen indicador. Pues nada: me lo he leído de cabo a rabo para contaros qué me ha parecido. Spoiler: merece mucho la pena.

"Más allá de la pareja", de Franklin Veaux y Eve Rickert
Más allá de la pareja, de Franklin Veaux y Eve Rickert, editado en español por Continta me tienes

Lo confieso: la editorial me tiene encantada. En especial su colección La pasión de Mary Read, con títulos como (h)amor. Y es que en una época marcada por la tendencia al monopolio editorial, da gusto encontrarse con casas cuyo catálogo escapa a la lógica del mercado. Sus diferentes títulos nos sirven para analizar el poder, las relaciones, la sexualidad y el amor en un intento por crear una red relacional más sana. Un objetivo que este blog comparte. 

Un manual sobre el poliamor

El apellido del libro, una guía práctica para el poliamor ético, nos da muchas pistas sobre lo que vamos a encontrar en esta obra. Para empezar, está concebido como una guía o manual. Esto se traduce en que es muy didáctico, en que los diferentes capítulos se pueden leer por separado (acudiendo a los temas que más nos interesen) y en que su contenido es fundamentalmente práctico. 

Podemos diseccionar el texto en varias partes:

– El grueso del texto. 

– Ejemplos tomados de la experiencia de Franklin y Eve. 

– Preguntas enunciadas al final de cada capítulo para ayudarte a reflexionar sobre tu propia biografía. 

– Recursos: libros y webs para seguir aprendiendo.

Me ha gustado mucho el formato y creo que ayuda a compensar la longitud del libro. Si tuviera que ponerle alguna pega, diría que es algo repetitivo en ciertas ocasiones. No obstante, entiendo que es algo necesario porque, como ya he mencionado, los capítulos se pueden leer de forma independiente y a veces es necesario repetir cuestiones para generar contexto.

Más allá del formato… 

Cuando empecé el libro pensé que tal vez no me fuera muy útil personalmente. Tenía entre mis manos una guía práctica para el poliamor. Y yo llevo muchos años en una relación monógama y no tenemos interés en abrir la relación, así que, ¿qué podía aportarme el libro?

Contraportada del libro "Más allá de la pareja"
Contraportada del libro «Más allá de la pareja»

La realidad es que el libro me ha enseñado muchísimas cosas sobre las relaciones y también sobre mí misma. Los capítulos 6 y 7, «Problemas de comunicación» y «Estrategias de comunicación» han tenido un efecto inmediato para mí. Me he dado cuenta de que hay cosas en mi propia forma de comunicarme, y también en la forma en que otras personas se relacionan conmigo, que no me gustan y quiero cambiar. 

Es cierto que no hace falta considerarse una persona poliamorosa para que «Más allá de la pareja» te guste. Pero no debemos olvidar que este libro tiene un propósito muy claro: proporcionar herramientas en un mundo dominado por relatos monógamos. Y cumple su función con creces. Se agradece la naturalidad con la que se exponen los errores y aciertos de unas personas que se adentraron en un mundo nuevo que no tenía apenas referentes. Y que hayan abierto el camino a las que vienen después.

Después de leer el texto, creo que quizás lo más representativo de las relaciones poliamorosas frente a las monógamas es la idea de negociación y evolución: las relaciones monógamas tienden a ceñirse a un modelo preestablecido y a dar cosas por supuesto. En cambio, en las relaciones poliamorosas sentarse a hablar de cómo se sienten las diferentes personas de la relación es una cuestión básica si se quiere que la relación salga adelante. Y creo que tenemos mucho que aprender de esta concepción.

Olvídate del cuento de hadas. Felices para siempre es un mito porque las personas, al contrario que los personajes de cuentos de hadas, no son estáticas. Vivimos, evolucionamos, cambiamos. Unas vidas románticas felices y sanas requieren no solo involucrarse una y otra vez de forma continuada sino prestar atención constantemente a nuestros propios cambios y a los de nuestras relaciones y sus circunstancias. Nuestras relaciones no tienen la obligación de garantizarnos que nunca cambiarán, ni le debemos esa garantía a nadie. Y de la misma manera que cambiamos, cambian las cosas que nos hacen felices.

P. 30

Poliamor como opción

Algo que me gusta mucho del libro es que presenta el poliamor como una opción más. No considera que sea una opción mejor en sí misma. Depende de las personas en la relación que esta sea más sana, comunicativa, amorosa y que permita crecer a las distintas personas involucradas.

El poliamor no es para todo el mundo. El poliamor no es el siguiente paso en la evolución humana. Ni tampoco es una opción más inteligente, más espiritual, más progresista o más avanzada que la monogamia. La gente poliamorosa no se hace automáticamente menos celosa, más empática o mejor comunicándose que la gente monógama.

P. 34

Otra de las cosas que podemos aprender de las relaciones poliamorosas es a no depositar en una persona la responsabilidad de aportarnos todo lo que necesitamos. Esto no solo es dañino para ti, porque es imposible que nadie cubra tus expectativas al 100%, sino que genera una presión en la otra persona que solo puede generar dolor. Esta idea no tiene por qué traducirse en múltiples relaciones amorosas, pero sí implica que sería sensato que diversificaras tus afectos.

Caja de herramientas 

No tiene mucho sentido que me ponga a dar ejemplos concretos de las herramientas que ofrece la obra porque la lectura debe ir acompañada de un profundo proceso autorreflexivo y de análisis de la propia relación. Me limitaré a decir que contiene consejos para todo tipo de personas, desde aquellas que quieren abrir su relación hasta quienes buscan participar en una relación que acaba de ser abierta. También para esas personas que se encuentran en una relación monógama y a las que, de pronto, su pareja les propone tener una relación poliamorosa: 

Tu pareja es poliamorosa porque es poliamorosa. A ti no te pasa nada malo. No importa quién eres, no importa qué podrías ser o hacer, la persona con quien tienes una relación seguirá siendo poliamorosa. Si tienes un bebé y más adelante decides tener otro probablemente no lo haces porque le pase algo malo al primero. Se trata de tener más amor e intimidad en tu vida. El poliamor es igual.

P. 470

Supongo que, en realidad, esto es la clave de todo. Ya sea en forma de amistad, maternidad, relación sexoafectiva o cualquier otra variante, querer a una persona no limita el amor que podemos sentir hacia otra. El amor no es un bien escaso, tenemos amor para dar y regalar. Empezar a contarnos esto a nosotras mismas nos liberará de mucho dolor y es un primer paso para amarnos con más libertad. 

El amor no es un bien escaso. Querer a una persona no limita el amor que podemos sentir hacia otra. Clic para tuitear

Resumiendo

Más allá de la pareja es un libro que merece mucho la pena estés o no en una relación y sea esta poliamorosa o monógama. Nos da un montón de pistas sobre las relaciones humanas (no necesariamente amorosas o sexuales) y nos invita a ser mejores. ¿Qué más le podemos pedir a un libro?

El orden divino: el sufragio femenino en Suiza

Gracias a la distribuidora Surtsey Films hemos podido ver esta semana El orden divino, que se estrenó en cines de toda España el pasado 22 de junio. Esta película cuenta la historia del sufragio femenino en Suiza, que es llamativa porque las mujeres no pudieron votar allí hasta el año 1971. Paradójicamente, en la votación que decidió si las mujeres tenían derecho al sufragio solo pudieron participar hombres. Como en tantos otros casos.

La lucha por el derecho de las mujeres al voto lleva más de un siglo gestándose. En 1893, Nueva Zelanda fue el primer país en adoptar el sufragio femenino sin restricciones. Por su parte, en Europa, la primera región en autorizarlo fue Finlandia (en 1906). En Latinoamérica, las mujeres pudieron votar por primera vez en 1927 en Uruguay. A España el voto llegó durante la Segunda República, en 1931, pero la dictadura de Franco nos lo arrebató. Algunos de los últimos países en permitir votar a las mujeres han sido Baréin (2002) o Kuwait (2005).

Divino desorden

El orden divino tiene como protagonista a Nora, una mujer que vive en un pequeño pueblo suizo y se dedica al cuidado de sus hijos, su suegro y su casa, además de ayudar en la granja familiar. La monotonía se rompe cuando ve una oferta de trabajo y le comenta a su marido que le gustaría volver a tener un empleo. Él se niega, ya que considera que su papel divino como mujer son los cuidados. En esa época, por ley el marido podía prohibir que su mujer trabajara fuera de casa, pero Nora no se resigna. La cuestión es: ¿puede haber una relación amorosa sana sin igualdad?

La cuestión es: ¿puede haber una relación amorosa sana sin igualdad? Clic para tuitear

De hecho, lo que empieza siendo un pequeño desafío para una mujer acaba convirtiéndose en una enorme ola feminista a la que se van sumando las mujeres del pueblo. Las resistencias son enormes al principio, incluso por parte de las propias mujeres. En el pueblo, muchas tienen miedo de enfrentarse a sus maridos. Otras están de acuerdo con el papel que les ha sido asignado. Poco a poco, no obstante, se van dando cuenta de que las mujeres se merecen decidir sobre sus propias vidas.

A ritmo de Lesley Gore la película nos habla, como venimos contando, del sufragio femenino y las relaciones familiares. Pero también explora la sexualidad, la sororidad y la fuerza que tienen las personas cuando se unen por una lucha común. Y lo hace en un tono íntimo, entrañable, lleno de humor y, a la vez, duro y reivindicativo.

Una historia de lucha

Y es que el sufragista, como todos los movimientos que han luchado históricamente por reivindicar lo que le había sido arrebatado injustamente a un determinado grupo, es una corriente en la que muchas tácticas se han entrelazado. Si el Estado ha negado sistemáticamente ciertos derechos, no hay razón para que los vaya a otorgar sin pelea. Y, así, vemos que las mujeres de El orden divino se manifiestan, se enfrentan a su maridos y hasta ponen en marcha una huelga para pelear por lo que es suyo.

Uno de los movimientos sufragistas más conocidos es el que llevó a las mujeres mayores de 30 a poder votar en Gran Bretaña en 1918, y a todas sin distinción de edad en 1928. La película Sufragistas cuenta esta lucha de las mujeres inglesas. En la distinción entre suffragettes y suffragists (el ala más radical del movimiento y la más moderada, respectivamente) vemos que la pelea no fue, ni mucho menos, un camino de rosas. La oposición de los hombres, el Estado y la Iglesia al derecho al voto femenino ha sido siempre tremenda, pero también hubo resistencia desde la izquierda, que pensaba que las mujeres votarían lo que sus maridos o los jefes de sus iglesias dijeran.

Queda mucho por hacer

A lo largo de la película acompañaremos a este pequeño grupo de mujeres suizas en su búsqueda de la libertad y el autoconocimiento; ¿qué querrías ser si fueras libre? También veremos todo lo que quedaba y queda por hacer, más por su ausencia en la trama de la película que por mención expresa. Por ejemplo, en la lucha de la T de LGTB+, porque la identificación mujer-coño es evidente en uno de los momentos, por otra parte, más divertidos de la película. Nuestras compañeras trans siguen siendo enormemente invisibles o rechazadas, incluso entre las que dicen llamarse feministas, y queda mucha batalla por delante.

Viñeta de Matilde

No debemos olvidar que la lucha no acaba, ni mucho menos, al lograr el derecho al voto; la batalla por la igualdad social va más allá de eso. Ni, tampoco, que este derecho a participar en las instituciones se logró gracias a la lucha en las calles.

Recordad: podéis ver ya la película El orden divino en los cines de España.





Mujeres que ya no sufren por amor

Recuerdo perfectamente cuando, hace ya unos cuantos años, vi La construcción sociocultural del amor romántico en la Feria del Libro de Madrid. Por aquel entonces yo estudiaba Sociología y el libro saltó a mis ojos. Fue un poco como el amor a primera vista.

La verdad es que no recuerdo si vino antes mi interés por el amor —desde un punto de vista social— o la lectura de este texto, pero lo cierto es que, desde entonces, cada vez comprendo más y mejor el papel central que el amor romántico juega en nuestras vidas, en las vidas de todas nosotras.

Conocía a Coral Herrera porque una gran amiga me había hablado de ella, pero no tenía muy claro qué iba a encontrar en aquellas páginas. Y lo cierto es que el libro me revolvió por dentro. Pero no en un sentido negativo: darte cuenta de los prejuicios que llevas dentro y los aprendizajes que has interiorizado sin siquiera ser consciente siempre descoloca. Desaprender todas esas cosas negativas que acarreamos, sacudirnos ideas que nadie nos preguntó si queríamos tener y romper los resortes que nos hacen saltar (o quedarnos quietas) frente a ciertas situaciones siempre duele. Sin embargo, también compensa, porque después de eso somos más libres, más nosotras.

Algún tiempo después llegó la oportunidad de coordinar este blog. Un proyecto para el que Coral es un referente innegable. Y ahora que os voy a contar lo que me ha parecido su nuevo libro, Mujeres que ya no sufren por amor, editado por Libros de la Catarata (¡gracias por el ejemplar!), siento que el círculo se cierra y me siento tremendamente afortunada.

Después de este rodeo, vamos a lo que nos interesa. Leer Mujeres que ya no sufren por amor ha sido muy diferente a aquella primera lectura. Y es que, por muchas razones, ha sido totalmente terapéutico.

En primer lugar, el libro es un retrato del esfuerzo colectivo del movimiento feminista. Este esfuerzo se ha dado durante décadas, pero ha ido cobrando intensidad y, sobre todo, se ha ido extendiendo a más y más personas con el paso de los años. Hacer diagnósticos de un movimiento desde dentro, desde el propio momento histórico en el que tiene lugar, es siempre arriesgado, pero no está de más reconocernos a nosotras mismas que formamos parte de algo grande.

Por otra parte, la definición que hace Coral del amor como un asunto político es fundamental. Ya hemos asumido que los asuntos tratados por el feminismo —como el aborto o la igualdad salarial, o incluso la violencia machista— son cuestiones políticas. Ya sabéis, esto de «Lo personal es político». Sin embargo, otros temas se resisten, y el amor tiene todas las papeletas porque se sigue considerando una cuestión íntima.

Pero el hecho es que no queremos, sencillamente, relaciones libres de violencia. Queremos amor del bueno. Y saber que hay más mujeres en esta situación, que sufren por amor, lejos de ser un «consuelo de tontos» es una herramienta política. Aún mejor es saber que hay mujeres que ya no sufren por amor, y que cada vez son más.

Queremos aprender a querernos bien para poder amar a los demás de la misma manera (Coral Herrera) Clic para tuitear

El matrimonio es la unidad básica de sostenimiento de nuestras sociedades a nivel social y económico. Todo gira en torno a esa figura (lo relacionado con la maternidad, los beneficios fiscales o las visitas en el hospital, por poner algunos ejemplos) y la sociedad se encarga de que esta unión sea nuestra principal aspiración en la vida. Sobre todo, si eres mujer. Desde peques nos socializan de forma diferencial, y nosotras crecemos sumisas, esperando ser rescatadas por un príncipe, mientras que ellos son educados en la idea de que los sentimientos son algo prescindible. El resultado es que las mujeres nos acostumbramos a pelear entre nosotras (y contra nosotras mismas) por alcanzar un amor que, encima, resulta habitualmente ser un fiasco.

Mientras llega la media naranja, el macho alfa se entretiene con mandarinas (Coral Herrera) Clic para tuitear

Frente a esta concepción, Coral dibuja la idea de que el amor debe dejar de entenderse como algo vinculado a la pareja y pasar a extenderse a toda la comunidad; debemos empezar a entender el amor como una forma de relacionarse con el mundo. Y es que lo bonito del feminismo es que es capaz de imaginar otros mundos, mundos con otros valores donde ideas asociadas en nuestra sociedad a lo femenino (como la solidaridad, la cooperación y el compañerismo) sean deseables, y no un signo de debilidad poco deseable.

En este mundo, el amor no generará sufrimiento, porque habremos aprendido a apreciar cada etapa de las relaciones y sabremos, también, separarnos sin dolor. Porque un amor que acaba en tragedia no es amor sano y bueno, y ese tipo de amor ya no nos interesa. Las decisiones tomadas en libertad sientan mejor siempre, y las mujeres nos estamos liberando poco a poco del mandato del amor romántico. Empezamos a elegir nuestras relaciones, a decidir largarnos, y esto nos permite crear relaciones donde el placer y el disfrute, aderezadas con respeto y diálogo, son la base. Gracias, Coral, por mostrarnos ese mundo.

Por último, quiero destacar la forma en el que está escrito el libro. Me encanta porque, sin perder el humor, es un relato absolutamente contundente. Además, tiene ese tono conciliador tan habitual en Coral que hace que sea mucho más fácil acercarte a lo que cuenta. Podría seguir desgranando Mujeres que ya no sufren por amor eternamente, pero mucho mejor es que leáis a la propia Coral Herrera.

¡Feliz lectura y amor del bueno para todas!





Sobre el amor y la violencia

En principio, decir que amor y violencia están íntimamente relacionados puede sonar chocante. Debería sonar chocante.

Pero si nos paramos a pensar encontramos multitud de ejemplos que nos invitan a pensar lo contrario.

En el amor no todo vale

«Si tu amiguito Pablo te ha tirado del pelo es porque le gustas».

«Es muy celoso, pero es que está muy enamorado de mí».

«Detenido un hombre por un crimen pasional».

Estas tres frases, que pueden parecer muy distantes entre sí, en realidad forman parte de un mismo entramado en el que la violencia se admite como parte de lo que significa tener una relación, querer a alguien. Cuando situamos un tirón de pelo como una muestra de cariño estamos dando pie a que se normalicen otras formas no aceptables, violentas, de relacionarse con los demás. Se suele quitar importancia a este tipo de gestos; se dicen cosas como «Es cosa de niños». Pero el mensaje que mandamos a las niñas es que hay cosas que son válidas porque se hacen en nombre del amor. Que tiene, incluso, que agradecer la agresión que ha sufrido. Y así, en nombre del amor, se hacen muchas cosas que nada tienen que ver con él.

Violencia machista

El asesinato de mujeres es la cúspide de la pirámide de la violencia machista. No es el lugar para este debate, pero decimos violencia machista porque, aunque se dan tímidos pasos, mientras se siga considerando únicamente la violencia ejercida contra una mujer por su pareja o expareja el término se nos queda pequeño.

016, número de atención a mujeres que sufren maltrato

Decía, pues, que es tan solo la cúspide. Una cima terrible, desoladora, que desata nuestra rabia. Es la cara más visible, la que no puede dejar indiferente. La que sale en los medios. Y, por supuesto, hay que seguir dándole luz, porque una sola muerte ya es intolerable. Cuando otra mujer es asesinada la gente —cada vez más— sale a clamar justicia. Se escribe, con peor o mejor tino (generalmente peor) sobre las mujeres asesinadas año tras año, que han sido en 2017 más que las 49 mujeres y 8 menores que se recogen oficialmente como «víctimas mortales por violencia de género». Se busca que los responsables acaben en la cárcel, si es que no se han suicidado tras cometer el asesinato. Que paguen.

Lo que no se ve

Pero, ¿qué pasa con las que siguen vivas? ¿Con las que denuncian malos tratos, violaciones? ¿Con todas las llamadas al 016?

A grandes rasgos, ante la violencia machista se pueden generar dos respuestas: la prevención y el castigo. El castigo es una forma de decir que eso no está permitido, que la sociedad lo condena. Puede ser disuasorio para otros maltratadores y puede servir para que otras mujeres que sufren malos tratos sepan que la situación que viven no es normal y que no están solas.

Pero mientras sigamos transmitiendo el mensaje de que un niño te tira de la coleta porque le gustas, de que los celos son una muestra de amor o de que controlar el móvil de tu pareja está bien; mientras siga creciendo el machismo entre las personas jóvenes el problema seguirá existiendo, reproduciéndose generación tras generación.

Educación para salvar vidas

Así que lo que necesitamos de verdad —en mi humilde opinión— es educación. Una educación con perspectiva de género de verdad, más allá de las buenas palabras. Una educación que nos transmita valores de respeto, que sitúe a niños y niñas en un mismo plano, que no subordine a las mujeres. Que no enseñe que las personas pueden ser una propiedad, estar sometidas unas a otras. Una educación que genere personas autónomas, libres. Que no enseñe que para estar completa hay que tener pareja e hijos.

Mientras no tengamos todo esto seguiremos metiendo maltratadores en nuestras cárceles y llorando a nuestras muertas, pero las cosas seguirán, en el fondo, igual.





El amor romántico y sus mitos

¿Alguna vez has sentido que estabas en una relación que te hacía más mal que bien? ¿Alguna vez pensaste que, aunque había cosas de tu pareja que no te gustaban, seguro que podías hacer que cambiara por amor? ¿Alguna vez te ha mirado tu pareja el móvil, revisando tus mensajes o con quién habías hablado? ¿Alguna tu chico te ha recriminado que llevaras una falda corta o que salieras con tus amigas? ¿Alguna vez te ha hecho ilusión que tu novio se pusiera celoso de que hablaras con un amigo tuyo porque has pensado que era señal de que te quería?

Podemos entender por amor romántico un modelo de amor que sostiene la familia tradicional: relaciones estables, monógamas (una sola pareja), heterosexuales (hombre-mujer) y generalmente con hijos/as. Otro tipo de relaciones son rechazadas en las sociedades en las que el modelo de amor romántico predomina porque la diversidad es una amenaza. Pero no debemos pensar solo en personas casadas y adultas cuando pensamos en este tipo de amor. La mayoría de las características se dan en relaciones entre jóvenes y se pueden dar entre personas homosexuales. El modelo de familia tradicional es, simplemente, el tipo de relación predominante en el imaginario de la sociedad.

Frase de Kate Millet sobre el amor

Frase de Kate Millet

El amor romántico está basado en una serie de mitos o creencias falsas que expondré a continuación. Estos mitos, junto con el hecho de que el amor romántico tiende a rechazar y excluir otros tipos de amor, hacen que el amor romántico sea un modelo dañino. Por eso en Parece amor, pero no lo es queremos contribuir a construir formas diferentes de afecto y cuidados. Los mitos son los siguientes:

  • Media naranja: encontramos su explicación en la obra El banquete, de Platón, donde los seres humanos eran perfectos, redondeados y tenían piernas, brazos y cara por duplicado. Estos desafiaron a los dioses y su castigo fue ser divididos en dos, disminuyendo su poder. Para el tema que nos ocupa, esto se traduce en que los seres humanos reales somos seres incompletos que buscan su media naranja, la parte que nos arrebataron. Pero la realidad es otra: ni necesitamos que nadie nos complete ni existe una única persona con la que podamos encajar.

Pintada en la que se lee "sin ti soy yo".

Sin ti soy yo, vía Pikara Magazine

  • Finitud: según esta idea, el amor es limitado; es como si tener otras relaciones afectivas y otras amistades significara querer menos a esa otra persona. Por supuesto, esto no es así.
  • Amor jerarquizado: sitúa a la pareja en la cúspide de la pirámide y coloca el resto de formas de amor, como la amistad, en un segundo plano.
  • Pareja como «todo»: la pareja se entiende como una especie de entidad sagrada que lo es todo, de manera que no necesitamos tener más relaciones. Esta creencia, unida a que en la fase de enamoramiento «solo tenemos ojos» para la persona de la que nos hemos enamorado, hace que muchas personas dejen de lado otras relaciones cuando empiezan a salir con alguien. Sin embargo, esto es un error por varias razones. En primer lugar, y egoístamente, no sabes cuánto va a durar esa relación, y si dejas de lado tus otras relaciones es probable que no puedas recuperarlas más tarde y te quedes solo/a. En segundo lugar, tus amigos y familiares no se merecen eso; cuidar a la gente a la que quieres y que te quiere es importante. En tercer lugar, reducir tus relaciones a una supone depositar una gran responsabilidad en esa persona; no es saludable hacerlo todo con una única persona, es bueno diversificar y tener tiempos de ocio por separado.

Que no te deje hacer lo que te gusta no es amor

Que no te deje hacer lo que te gusta no es amor, vía Youtube

  • Los polos opuestos se atraen: esta creencia enlaza con la anterior. Lo cierto es que puedes encajar muy bien con una persona con gustos diferentes, pero siempre habrá cosas que tengáis en común: una cierta forma de ver la vida, por ejemplo. Pero es importante no romantizar el hecho de que no tengas nada que ver con esa persona que te gusta o incluso choquéis. Las relaciones no deben ser una especie de batalla. Sin embargo, como decíamos antes, está bien que tengáis gustos diferentes y os mováis con grupos distintos con quienes sí podáis compartir esas aficiones. No pasa nada si a ti te gustan los videojuegos y a tu pareja no: ¡vete a viciar con tus colegas mientras él se va a un concierto!
  • Discutir es malo/bueno: a ver, discutir no es malo en sí. Es normal tener discrepancias y no pasa nada por hablar sobre ello siempre que no se falte al respeto. Por el contrario, no discutir nunca no es necesariamente algo 100 % positivo. Puede que os estéis callando cosas que realmente pensáis o que creáis que tener diferencias es algo malo, y esto no es así, es normal porque sois personas diferentes con inquietudes diferentes.
  • El amor lo puede todo: malas noticias: no. Las personas no cambian por amor y, lo que es más, no debemos pretender que cambien por nosotras. Pensar que el amor lo puede todo solo lleva a que nos decepcionen una y otra vez y a exigir a la gente cosas que cambien para adaptarse a nuestros gustos, lo cual no es justo.
  • Celos = amor: no, no y mil veces no. Los celos son el reflejo de miedos e inseguridades y son fruto de los mitos que venimos mencionando —que el amor es finito y querer a una persona significa querer menos a otra, que solo hay una persona hecha para ti, etc.—, pero nunca son señal de amor. No debes tolerar los celos ni creer que indican amor, porque lo que indican es que tu pareja quiere limitarte, controlar con quién sales…

Imagen de Rachel Walker, vía Unspash

  • Amor = enamoramiento: el enamoramiento es una fase que suele durar entre días y unos pocos años; es un proceso bioquímico, sobre el que tenemos poco control y en el que solemos experimentar embelesamiento por la otra persona. Suele ser una fase en la que la relación nos parece mágica. El amor es, en mi opinión, algo sobre lo que tenemos mucho más control. Las cosas no tienen por qué parecer mágicas una vez que termina la fase de enamoramiento, pero da más espacio a los cuidados y permite construir una relación basada en cosas que van más allá de la atracción y la exaltación.

Todas estas características se manifiestan muchas veces de formas sutiles y no son fáciles de detectar. Hemos crecido con referentes que las reproducen una y otra vez y que nos llegan a diario a través de series, películas, libros, anuncios… Aunque puedan parecer inofensivas, estas características combinadas conducen a relaciones de maltrato y a la violencia machista. Es importante no aceptar de forma acrítica las relaciones tal como las conocemos; debemos ser capaces de analizarlas y decidir qué nos sienta bien y qué no nos gusta. Cuando haya algo que no te haga sentir bien, tienes que transmitírselo a tu pareja y hacer lo posible por cambiarlo. También es importante saber que lo que a ti no te sirve puede hacer felices a otras personas, y debemos respetarlo siempre que sean relaciones sanas.

Es importante saber que el amor no duele. Si estás en una relación dañina, no es amor. Esto no quiere decir que todo tenga que ir bien siempre, pero hay líneas que no se pueden cruzar.

Por último, te dejo este vídeo en el que Pamela Palenciano nos explica que No solo duelen los golpes, donde puedes aprender más sobre el amor romántico y sus negativos efectos.

¿Tienes alguna duda? ¿Me he dejado algún mito? Te leo en los comentarios 🙂





Crónica del 8M de 2017

Ayer, día 8 de marzo (8M), se conmemoraba el día de las mujeres en honor a aquellas que, en 1857 y en 1908, lucharon por la reducción de jornada, la igualdad salarial o un tiempo para dar de mamar a los hijos, es decir, por los derechos de todas nosotras.

Como tantas otras mujeres alrededor del mundo, paré de trabajar durante media hora para tratar de visibilizar que, aunque tenemos pensiones más bajasaunque cobramos menos, porque los trabajos a los que nos dedicamos están peor valorados y porque, en un mundo en el que se está poniendo de moda la negociación salarial individual, a nosotras no nos han enseñado a hacernos valer; aunque el trabajo doméstico, que seguimos realizando de manera abrumadoramente mayoritaria, no recibe ningún tipo de reconocimiento; a pesar de todo esto y mucho más, nuestro trabajo mueve el mundo. 

Un hombre y una mujer sujetan los billetes que representan sus desiguales sueldos

Brecha salarial por Feminista ilustrada

Ayer, también, muchas dejamos de cuidar. Dejamos de recoger la casa, hacer la comida, cuidar a los niños, a los mayores, a las parejas. Porque todo ese trabajo que hacemos —que es, por supuesto, un trabajo, aunque no se reconozca como empleo— no se nos reconoce, no se nos valora y no se ve… hasta que dejamos de hacerlo. Hasta que te encuentras un día con que no tienes calzoncillos limpios, hasta que no tienes nada que comer, hasta que te llaman del colegio porque nadie ha ido a recoger a tu hijo.

Pero gestionar un hogar no es solo realizar tareas (menos aún si te han tenido que decir qué hacer previamente), también es planificarlas, prever… un trabajo no siempre agradecido y muy cansado, porque lleva muchísimo tiempo (tienes que estar pendiente de la casa para ver qué cosas hay que hacer, qué falta por comprar…). La ejecución, al final, es casi lo de menos.

Así que, hombre que estás leyendo esto, si el reparto de las tareas en tu hogar no está equilibrado (venga, haz un esfuerzo y piensa no ya qué tareas haces habitualmente, sino si sabes siquiera dónde se guardan las sábanas o cómo se pone una lavadora), sé tú quien toma la iniciativa, no esperes a que tu madre o tu compañera (o tu hija, incluso) venga a decírtelo, porque eso también es agotador: no disfrutamos llamándoos la atención o dándoos órdenes, creedme. Y no penséis en el reparto de tareas como un «yo te ayudo», porque se trata de co-responsabilidad, no de asistencia. Aquí podéis encontrar algunos consejos.

Cartel del 8M de 2017 en Madrid

Cartel del 8M de 2017 en Madrid

Ayer, también, muchas fuimos a la manifestación de nuestra ciudad. La asistencia fue masiva, y empezaré felicitándonos por ello, porque hay que celebrar la capacidad de organizar una manifestación multitudinaria en los tiempos que corren. Pero también tengo —cómo no— cosas malas que decir, porque ayer era 8 de marzo, día de las mujeres, y una vez más quisisteis ser protagonistas. Ayer, en la manifestación, oí gracietas relacionadas con violaciones; oí cuestionamientos sobre la existencia de bloques no-mixtos; vi a un hombre que «se había metido en la manifestación sin querer» (cuando estábamos paradas en Cibeles, donde se agolpaban miles de personas) y preguntaba cómo salir de allí. Pueden parecer cosas anecdóticas, pero eso ocurrió en 10 minutos, en apenas 10 metros (sí, recorrimos 10 minutos en 10 metros, estaba la cosa complicada, qué os voy a decir). Y cansa que no seáis capaces de respetarnos ni un solo día.

Pancarta de la manifestación del 8M de 2017 en Madrid

Pancarta de la manifestación del 8M de 2017 en Madrid

Así que, para mí, ayer fue un día de lucha, como son (o deberían ser) todos en mayor o menor medida, y no un día de celebración.

Quiero terminar dando las gracias a las valientes mujeres de Ve-la luz que, tras casi un mes de huelga de hambre, han conseguido su objetivo: que los 25 puntos que reivindicaban salgan adelante (aunque está por ver a qué puerto llegan). Pero también recordando a las 23 mujeres que, según feminicidio.net, han sido asesinadas desde principios de año y ya no están con nosotras y diciendo que YA BASTA de matarnos.





Meetic: si no te gustan tus imperfecciones…

Aunque parece que poco a poco la cosa va cambiando, nuestra idea del amor sigue estando basada en numerosos mitos: es lo que conocemos como amor romántico, que no es el tipo de romanticismo que invade a tu pareja cuando decide prepararte una cena con velas a la luz de la luna, sino el tipo de romanticismo que puede convertir una relación en un infierno sin que nos demos cuenta.

Entre estos mitos se encuentran la idea de que los celos son una muestra de amor, de que la monogamia es la única forma de relación posible o el mito de la media naranja. Podemos encontrar los orígenes de este último mito en Platón y su idea de que las personas eran, en un principio, una especie de cuerpos redondeados con todas sus partes por duplicado. Estos seres decidieron desafiar a los dioses y, como castigo, se les dividió por la mitad, condenándoles a buscar y anhelar su otra mitad. Este mito ha llegado a nuestros días reflejado en, al menos, dos creencias: 1) que existe una única persona (o un número muy limitado de ellas) con las que podemos tener una relación verdadera y 2) que necesitamos otra persona para ser seres completos.

Ilustración de una chica cuya cara es media naranja

La media naranja vía Elena Ferrándiz

Estos mitos pueden llevar no solo a tremendas frustraciones (por ejemplo, por no encontrar a esa persona «ideal» hecha solo para ti), sino también a situaciones graves como son las relaciones de dependencia (tratar de llenar vacíos que tenemos a través de los demás, que nos completan); sensación de abandono cuando nos dejan (por qué nos iban a dejar, si somos la parte que completa a la otra parte); mutilaciones de la propia personalidad para encajar con lo que tu «pareja» espera de ti…

Piezas de puzzle vía Owlturd Comix

Todas estas situaciones construyen sin duda relaciones insanas, abocadas como poco a la tristeza y la frustración. Lo ideal es estar a gusto contigo misma/o, la típica frase que dice «No puedo ser el amor de tu vida porque soy el amor de la mía». Cuando te sientes bien, construyes un círculo de amistades diverso e interesante y no crees que necesites a una única persona externa para ser feliz es más fácil encontrar a una persona con la que construir una relación sana (aunque, claro está, no lo es todo). También entonces es más fácil superar una ruptura, porque no habrás perdido esa parte que te completaba y no habrá quedado un hueco en ti que haya que rellenar.

Por todo esto que os cuento, los anuncios de la última campaña de Meetic, #LoveYourImperfections (ama tus imperfecciones), me enfadan cada vez que los veo. Es muy frecuente ver publicidad en la que se celebran o se toman a risa cosas relacionadas con el amor como la infidelidad o, como ocurre en este caso, los complejos o las cosas que nos avergüenzan.

En realidad el mensaje es aparentemente positivo (y eso es lo que me preocupa y asusta): no te preocupes, no es tan grave eso que te preocupa de ti, acabarás encontrando a alguien al que le guste. Pero es que la solución no es que le guste a otra persona, como ya hemos dicho, porque eso no va a hacer necesariamente que te guste a ti y, aunque puede que te haga perderlo de vista un tiempo, si esa persona deja de estar a tu lado vas a volver a tenerlo presente, y con más fuerza que nunca. Este es uno de los anuncios. Podéis ver más aquí y aquí.

Sé lo que estáis pensando: no es para tanto. Las personas que salen en los anuncios no están acomplejadas por nada «serio», solo por su torpeza y sus malas dotes para la cocina. Pero creo que, más allá de los ejemplos, el mensaje que transmite es equivocado, y ese mensaje se sigue transmitiendo igual. Además, lo que a ti te parecer irrelevante puede ser todo un mundo para otra persona.

Luego van más allá y crean anuncios en los que te animan a inventar tus imperfecciones. Ahí ya me pierdo, la verdad, y no sé ni cómo interepretarlo. ¿Alguna idea?

Os animo a buscar más allá de aquello que nos parece simpático (y también a pensar sobre aquello que nos produce malestar) porque suele llevar atados significados que tenemos muy interiorizados y de los que no somos conscientes hasta que nos paramos a reflexionar. Es así precisamente como funciona el humor, desatando creencias y prejuicios de los que no somos conscientes.

Y recuerda: si no te gustan tus imperfecciones… trabaja en ello para hacer que desaparezcan o llegar a aceptarlas de verdad.





Humans: amor sintético

(Aviso: contiene destripes de la serie Humans)

Inteligencia artificial

Hay un tema que me fascina: el de la inteligencia artificial (IA). Cuando veo noticias sobre robots que ayudan a enfermos en los hospitales, coches que se conducen solos o programas informáticos que son capaces de detectar si una persona está transmitiendo sentimientos negativos o positivos en sus tweets me siento como si estuviera dentro de la película Blade Runner (la uno ;). Sin duda, todavía estamos muy verdes en el tema de la IA pero, al ritmo que avanza el desarrollo tecnológico (se dice que cualquier joven científico que empiece hoy su carrera podrá decir al final de su vida activa que el 80 o 90% de todo el trabajo científico acumulado tuvo lugar delante de sus propios ojos)*, no es raro imaginarnos dentro de unos años rodeados de bots indistinguibles de los humanos.

Alan Turing diseñó en los años cincuenta un test orientado a tratar de distinguir un humano de una máquina: un sujeto hace preguntas a una máquina y trata de averiguar si al otro lado se encuentra una máquina o un humano. En cualquier caso, este test solo permite averiguar lo buena que es una máquina imitando a un humano, no si esta máquina es consciente o capaz de aprender. Ejemplos recientes como el de Tay, la IA adolescente de Microsoft que en cuestión de horas se convirtió en una nazi racista, demuestran que la capacidad de aprendizaje de las máquinas es una realidad. Y este rápido avance nos pone sobre aviso: no podemos dejar para mañana la cuestión de la relación entre  los seres humanos y las IA.

Chiste sobre el test de Turing

Test de Turing vía xkcd

Humans

La serie Humans, versión británico-estadounidense de la sueca Real Humans, nos acerca a estos planteamientos. En un hipotético futuro cercano, los humanos convivimos con synths (sintéticos): robots de apariencia muy similar a la nuestra, con altas capacidades pero sin consciencia, que se encargan de todo tipo de tareas. Básicamente, un ejército de esclavos que no pueden quejarse… hasta que despiertan. Los sintéticos conscientes son capaces de recordar todo lo que los humanos les hacían antes, golpes y humillaciones incluidos.

Se puede argumentar que los humanos no sabían que los sintéticos percibían lo que les hacían (en un sentido estricto no lo sentían mientras no eran conscientes). Sin embargo, esta teoría se va al traste cuando vemos que Qualia, una gran corporación dedicada a la investigación de los sintéticos, comienza a dar caza a los synths conscientes; o cuando vemos que la promesa de juzgar como una igual a Niska si ella y su abogada Laura pueden demostrar que es consciente es en realidad un enorme fraude. La realidad se destapa: no hay ninguna voluntad de dejar de disponer de una gran fuente de mano de obra gratuita.

Pero, como en la vida misma, no todas las personas son iguales. Ya hemos dicho que Laura está ayudando a Niska a conseguir un juicio justo; su hija, Mattie, es una pedazo de hacker que presta una ayuda fundamental a los sintéticos; y luego está Astrid.

Niska grita después de ser agredida

Niska grita de rabia después de ser agredida vía Giphy

Amor sintético

Niska y Astrid se conocen en una discoteca en Berlín y se convierten en amantes. Niska acaba yéndose, temerosa de mostrar lo que realmente es. Vuelven a encontrarse un tiempo después, cuando Laura da con ella, y es entonces cuando la sintética por fin se decide a abrirse. La relación que tienen las dos es, a mi modo de ver, sana y humana: aunque Astrid se queda hecha polvo cuando Niska se va, es capaz de perdonar y acompañar a Laura cuando ésta le dice que Niska la necesita. Cuando por fin Niska está preparada le dice quién es y Astrid es comprensiva con ella. Finalmente huyen juntas y, cuando Astrid se da cuenta de que Niska debe regresar para ayudar a su familia, no la pone en la tesitura de hacerle elegir: le dice que vaya y, cuando esté preparada, vaya a buscarla a Berlín.

Otra relación interesante es la que se produce entre la investigadora en inteligencia artificial, Athena, y la IA que ha desarrollado, V. La IA está basada en los recuerdos y vivencias de su propia hija, que está en coma tras un accidente durante una excursión. Athena está desesperada por recuperar a su hija. Está dispuesta a cualquier cosa, llevándose por el camino a varios sintéticos conscientes en un intento de dar a la IA un cuerpo para acercarla más a lo humano. Esta falta de limitación corporal hace, de hecho, que cuando la IA se vuelve consciente se vaya expandiendo y alejando cada vez más de lo que su hija fue, recuperando la vieja dualidad platónica. Finalmente, Athena asume que su hija se ha ido y deja marchar a la IA.

Astrid y Niska en una escena de Humans

Astrid y Niska en una escena de Humans vía Tumblr

Reflexionando

Me parece muy emocionante la serie, y la relación entre Astrid y Niska en especial, porque da mucho que pensar sobre el ser humano. ¿Es la consciencia determinante en la existencia del ser humano? ¿Es suficiente? ¿Puede una entidad consciente ser humana sin un cuerpo? ¿Puede una inteligencia artificial amar? ¿Y puede amar un ser humano a una inteligencia artificial? ¿Puede ser una inteligencia artificial monógama o heterosexual?

No hay duda alguna de que la ciencia no es neutral y, por tanto, cuando los humanos inventan máquinas imprimen en ellas sus propios sesgos y prejuicios. Los sintéticos de Humans, por ejemplo, son absolutamente normativos físicamente. La heterogeneidad se limita al color de la piel y el pelo. Esto no es sorprendente, porque los sintéticos tienen un modo adulto que desbloquea sus funciones sexuales. Volviendo al mundo real, podemos preguntarnos por qué la mayoría de asistentes virtuales están configuradas como mujeres.

* De Solla Price, Science Since Babylon, Yale Univ. Press, New Haven, 1963, pp.7-10





Queridas reinas magas

El año pasado, las cabalgatas del día de Reyes estuvieron salpicadas de polémica: algunos distritos de Madrid decidieron que las mujeres tendrían un papel protagonista como reinas magas y en Valencia directamente recuperaron la cabalgata republicana.

Reinas Magas en Valencia (2016)

Reinas Magas en la cabalgata de Valencia en 2016 vía El Diario

Más allá de la anécdota, no cabe duda de que el peso de las compras y cenas navideñas sigue recayendo en las mujeres, así que no es tan descabellado hablar de reinas magas. No hay por qué regalar algo material ni algo caro, a pesar de que la publicidad nos bombardee con imágenes machistas de perfumes caros. Muchas veces, una manualidad o un regalo pequeño que encaje con los gustos de la persona a la que regalamos son mejores que un regalo caro e impersonal. Si te decides por comprar algo, aquí tienes algunas ideas de regalos amorosos para facilitar la tarea. ¡Espero que os inspiren!

Literatura:

Experiencias:

Cine, televisión y (video)juegos:

Fragmento del videojuego Alice: madness returns

Fragmento del videojuego Alice: Madness Returns vía EA Games

¡Y recuerda! Las niñas pueden jugar con camiones y los niños con cocinitas.

Y tú, ¿qué vas a regalar estas fiestas? ¡Cuéntanoslo en los comentarios!

[Nota: este post ha sido actualizado en diciembre de 2017]





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