El amor romántico y sus mitos
¿Alguna vez has sentido que estabas en una relación que te hacía más mal que bien? ¿Alguna vez pensaste que, aunque había cosas de tu pareja que no te gustaban, seguro que podías hacer que cambiara por amor? ¿Alguna vez te ha mirado tu pareja el móvil, revisando tus mensajes o con quién habías hablado? ¿Alguna tu chico te ha recriminado que llevaras una falda corta o que salieras con tus amigas? ¿Alguna vez te ha hecho ilusión que tu novio se pusiera celoso de que hablaras con un amigo tuyo porque has pensado que era señal de que te quería?
Podemos entender por amor romántico un modelo de amor que sostiene la familia tradicional: relaciones estables, monógamas (una sola pareja), heterosexuales (hombre-mujer) y generalmente con hijos/as. Otro tipo de relaciones son rechazadas en las sociedades en las que el modelo de amor romántico predomina porque la diversidad es una amenaza. Pero no debemos pensar solo en personas casadas y adultas cuando pensamos en este tipo de amor. La mayoría de las características se dan en relaciones entre jóvenes y se pueden dar entre personas homosexuales. El modelo de familia tradicional es, simplemente, el tipo de relación predominante en el imaginario de la sociedad.
El amor romántico está basado en una serie de mitos o creencias falsas que expondré a continuación. Estos mitos, junto con el hecho de que el amor romántico tiende a rechazar y excluir otros tipos de amor, hacen que el amor romántico sea un modelo dañino. Por eso en Parece amor, pero no lo es queremos contribuir a construir formas diferentes de afecto y cuidados. Los mitos son los siguientes:
- Media naranja: encontramos su explicación en la obra El banquete, de Platón, donde los seres humanos eran perfectos, redondeados y tenían piernas, brazos y cara por duplicado. Estos desafiaron a los dioses y su castigo fue ser divididos en dos, disminuyendo su poder. Para el tema que nos ocupa, esto se traduce en que los seres humanos reales somos seres incompletos que buscan su media naranja, la parte que nos arrebataron. Pero la realidad es otra: ni necesitamos que nadie nos complete ni existe una única persona con la que podamos encajar.


- Finitud: según esta idea, el amor es limitado; es como si tener otras relaciones afectivas y otras amistades significara querer menos a esa otra persona. Por supuesto, esto no es así.
- Amor jerarquizado: sitúa a la pareja en la cúspide de la pirámide y coloca el resto de formas de amor, como la amistad, en un segundo plano.
- Pareja como «todo»: la pareja se entiende como una especie de entidad sagrada que lo es todo, de manera que no necesitamos tener más relaciones. Esta creencia, unida a que en la fase de enamoramiento «solo tenemos ojos» para la persona de la que nos hemos enamorado, hace que muchas personas dejen de lado otras relaciones cuando empiezan a salir con alguien. Sin embargo, esto es un error por varias razones. En primer lugar, y egoístamente, no sabes cuánto va a durar esa relación, y si dejas de lado tus otras relaciones es probable que no puedas recuperarlas más tarde y te quedes solo/a. En segundo lugar, tus amigos y familiares no se merecen eso; cuidar a la gente a la que quieres y que te quiere es importante. En tercer lugar, reducir tus relaciones a una supone depositar una gran responsabilidad en esa persona; no es saludable hacerlo todo con una única persona, es bueno diversificar y tener tiempos de ocio por separado.


- Los polos opuestos se atraen: esta creencia enlaza con la anterior. Lo cierto es que puedes encajar muy bien con una persona con gustos diferentes, pero siempre habrá cosas que tengáis en común: una cierta forma de ver la vida, por ejemplo. Pero es importante no romantizar el hecho de que no tengas nada que ver con esa persona que te gusta o incluso choquéis. Las relaciones no deben ser una especie de batalla. Sin embargo, como decíamos antes, está bien que tengáis gustos diferentes y os mováis con grupos distintos con quienes sí podáis compartir esas aficiones. No pasa nada si a ti te gustan los videojuegos y a tu pareja no: ¡vete a viciar con tus colegas mientras él se va a un concierto!
- Discutir es malo/bueno: a ver, discutir no es malo en sí. Es normal tener discrepancias y no pasa nada por hablar sobre ello siempre que no se falte al respeto. Por el contrario, no discutir nunca no es necesariamente algo 100 % positivo. Puede que os estéis callando cosas que realmente pensáis o que creáis que tener diferencias es algo malo, y esto no es así, es normal porque sois personas diferentes con inquietudes diferentes.
- El amor lo puede todo: malas noticias: no. Las personas no cambian por amor y, lo que es más, no debemos pretender que cambien por nosotras. Pensar que el amor lo puede todo solo lleva a que nos decepcionen una y otra vez y a exigir a la gente cosas que cambien para adaptarse a nuestros gustos, lo cual no es justo.
- Celos = amor: no, no y mil veces no. Los celos son el reflejo de miedos e inseguridades y son fruto de los mitos que venimos mencionando —que el amor es finito y querer a una persona significa querer menos a otra, que solo hay una persona hecha para ti, etc.—, pero nunca son señal de amor. No debes tolerar los celos ni creer que indican amor, porque lo que indican es que tu pareja quiere limitarte, controlar con quién sales…


- Amor = enamoramiento: el enamoramiento es una fase que suele durar entre días y unos pocos años; es un proceso bioquímico, sobre el que tenemos poco control y en el que solemos experimentar embelesamiento por la otra persona. Suele ser una fase en la que la relación nos parece mágica. El amor es, en mi opinión, algo sobre lo que tenemos mucho más control. Las cosas no tienen por qué parecer mágicas una vez que termina la fase de enamoramiento, pero da más espacio a los cuidados y permite construir una relación basada en cosas que van más allá de la atracción y la exaltación.
Todas estas características se manifiestan muchas veces de formas sutiles y no son fáciles de detectar. Hemos crecido con referentes que las reproducen una y otra vez y que nos llegan a diario a través de series, películas, libros, anuncios… Aunque puedan parecer inofensivas, estas características combinadas conducen a relaciones de maltrato y a la violencia machista. Es importante no aceptar de forma acrítica las relaciones tal como las conocemos; debemos ser capaces de analizarlas y decidir qué nos sienta bien y qué no nos gusta. Cuando haya algo que no te haga sentir bien, tienes que transmitírselo a tu pareja y hacer lo posible por cambiarlo. También es importante saber que lo que a ti no te sirve puede hacer felices a otras personas, y debemos respetarlo siempre que sean relaciones sanas.
Es importante saber que el amor no duele. Si estás en una relación dañina, no es amor. Esto no quiere decir que todo tenga que ir bien siempre, pero hay líneas que no se pueden cruzar.
Por último, te dejo este vídeo en el que Pamela Palenciano nos explica que No solo duelen los golpes, donde puedes aprender más sobre el amor romántico y sus negativos efectos.
¿Tienes alguna duda? ¿Me he dejado algún mito? Te leo en los comentarios 🙂