Antes de partir de viaje a tierras bálticas, ya había escuchado acerca de una gran diferencia demográfica entre sexos en la población de estos países, siendo mucho mayor el número de mujeres que el de hombres. Escuché concretamente que en Letonia era más notable, aunque en mi experiencia, Estonia y Letonia mantuvieron un aparente equilibrio que no llamaba la atención.
Todo cambió al llegar a Kaunas, la segunda ciudad mas grande de Lituania (400 mil habitantes), después de Vilnius, y la mas poblada por población autóctona (93%) sin apenas inmigración. En un corto paseo por la calle Laisvės alėja, la calle peatonal mas larga de Europa del Este y arteria principal de Kaunas, se observa con facilidad que en la ciudad predominan las mujeres. Niñas, jóvenes, adultas, tanto trabajando como paseando, tanto solas como acompañadas.
Arte urbano
Es llamativo ver cómo desempeñan todo tipo de trabajos, visibles, incluso aquellos en los que tradicionalmente se han vinculado a los hombres. Y lo más curioso es que no hablo de una mujer obrera de vez en cuando, sino que son muchas las mujeres que en la calle crean y participan de una sociedad, que parece creada por ellas.
Un ejemplo curioso son los baños de los establecimientos, formados por dos servicios para mujeres por cada uno de hombres y mas curioso aún es observar que se han invertido los papeles, al ver a los hombres esperando en la cola. Y es que la población de Kaunas está descompensada y esto hace que tenga un brillo especial.
Baños en un establecimiento de Kaunas
Estudiando acerca de la demografía de Lituania y en particular de Kaunas, no se observan tasas de natalidad desiguales, pero sí una alta tasa de mortalidad en los hombres de corta y mediana edad, debida a enfermedades cardiovasculares y tumores, pero también a un alto grado de mortalidad por causas externas, como las derivadas del alcohol, accidentes de tráfico o suicidios, siendo Lituania el segundo país con mas suicidios de Europa después de Groenlandia. Y es que los hombres en Lituania, viven bajo la premisa machista, «Kuo labiau vyras bijo būti moteriškas, tuo labiau jis mėgsta, stiprų alkoholį«, «Cuanto mas miedo tiene un hombre a ser femenino, mas alcohol bebe» y esto, trae sus consecuencias. Los hombres con tal de no mostrar su feminidad llegan a tal extremo de caer en el suicidio.
Si además se añade que la población masculina de mayor edad se ve mermada en un altísimo porcentaje por la segunda guerra mundial, el resultado es que Kaunas es un ejemplo de tierra de mujeres.
Mujeres que lucharon y sobrevivieron a la guerra, que entonaron himnos de libertad durante la Revolución Cantada, y que se adaptaron al capitalismo.
Ahora solo cabe preguntarse si esta diferencia demográfica tiene unas consecuencias mas allá de estos simples datos, es decir, en relaciones en cuanto a la igualdad de trato y a derechos y oportunidades de las mujeres.
Laisve (“Libertad”), de Eurika Masytė, una de las canciones mas respetadas de la Revolución Cantada
Conocemos, aunque sea superficialmente, que el ser humano ha hecho tímidos intentos de comunicarse con hipotéticas especies extraterrestres en cuanto ha dispuesto de la convicción de su existencia y de la tecnología necesaria. El proyecto SETI sigue, sorteando los vientos del escaso presupuesto, buscando alguna señal proveniente de inteligencias de otras estrellas, después de que la señal WOW se desinflara quedando en nada. Pero no todo va a ser esperar sentados, así que en los años 70 se mandaron una serie de mensajes al Universo.
Como es de esperar, los mensajes son bastante sencillos, bienintencionados y pacíficos. Hay que mostrar nuestra mejor cara ante los desconocidos, ¡a ver qué van a pensar de la Humanidad! Yo tengo constancia de tres de estos mensajes. Todos ellos con escasísimas posibilidades de ser recibidos, y mucho menos decodificados.
Sólo uno de ellos está hecho con la suficiente seriedad. Los otros dos, en mi humilde opinión, fueron una maniobra de promoción de la NASA más que otra cosa; como esas cartas de niños dirigidas a Dios que los astronautas de aquel capítulo de Los Simpsons custodiaban con celo.
El primero al que me refiero (que fue el segundo en ser mandado, en 1974) es el Mensaje de Arecibo, creado por Frank Drake, con la colaboración, entre otros, del famoso Carl Sagan. Consiste en una señal de radio en binario que, convenientemente decodificada, concede información matemática, química, del ADN y otros datos de interés, suponemos, para nuestros vecinos de la galaxia. Esperemos que hagan buen uso de ellos y no tengamos que arrepentirnos del contacto, como insinúa Stephen Hawking. Ahora sólo queda esperar tranquilamente 50.000 años, que es lo que tardaría una hipotética respuesta. El Universo es precioso, pero tiene mucho lag, qué le vamos a hacer.
El Mensaje de Arecibo, o ZX Spectrum versus Alien
Los otros dos, también coordinados por Sagan, tienen, como digo, muchas menos probabilidades (y mirad que el de Arecibo tiene pocas) de ser recibidos por varias razones. En primer lugar, se trata de mensajes materiales, alojados en sondas que recorrerán el espacio. Básicamente, mensajes en una botella en un océano un gritón de veces más grande que el Pacífico.
En segundo lugar, uno de ellos (el de las sondas Voyager 1 y 2) está codificado en un disco de oro (bastante similar a un vinilo) no autorreproducible. Es decir, los extraterrestres tendrían que fabricarse un tocadiscos. A no ser que sean hipsters también y ya lo tengan en casa. Al menos, las instrucciones para crearlo están incluidas; aunque presuponen una percepción de la realidad y de las dimensiones demasiado antropocéntrica, por decirlo de algún modo.
Y aunque lograran reproducirlo, aún tendrían el problema de comprender los sonidos e imágenes grabadas en el disco (sonidos de ballenas, fotos de ciudades, llanto de bebé, música de Mozart, saludos de todos los países e idiomas…). No me resisto a reproducir aquí el mensaje en amoy (un dialecto chino): «Amigos del espacio, ¿cómo están ustedes? ¿Han comido ya? Vengan a visitarnos, si tienen tiempo»
En fin, un despropósito, un batiburrillo de estímulos sin ningún tipo de orden lógico y siempre presuponiendo que los procesos mentales y culturales y los espectros visuales y auditivos son los mismos en todo el Universo.
El Disco de Oro de las Voyager, Google:ebay vintage records
Tengo entendido que recientemente se han creado unos discos de silicio con más muestras del ingenio humano y se han lanzando junto al EchoStar XVI, un satélite de comunicaciones que orbita la Tierra. La lógica de esta iniciativa se me escapa (un satélite no viaja por el espacio), tal vez por falta de información o porque, efectivamente, no es más que otra demostración de la vanidad humana.
Nos vamos a detener en el «mejor» de estos mensajes. El primero de todos. La placa adherida a la sonda Pioneer 10, lanzada en 1972.
«Saluda, cari, qué van a pensar estos señores…»
Esta nos presenta una serie de dibujitos que muestran la ubicación de la Tierra en el Sistema Solar (con todos los planetas alineaditos en fila india y equidistantes entre sí) y en relación a los púlsares más cercanos (una serie de rallajos que además, se superponen con los demás dibujos, complicando aún más la comprensión). También hay una flecha que marca el origen y la dirección de la sonda. Esperemos que los señores alienígenas dispongan de arco y flechas o no serán capaces de entender qué significa ese símbolo. La palma se la lleva una representación de una molécula de Hidrógeno que si es más convencional y abstracta revienta. Pero no perdamos la esperanza, quizá también posean libros de química de secundaria.
Pero lo que más nos llama la atención es, lógicamente, las dos figuras humanas dibujadas. La obra por la que Linda Salzman Sagan (esposa de Carl en aquella época) pasará a la historia. Llama la atención que sea una mujer la que tenga el dudoso honor de comunicar el machismo a los extraterrestres.
Porque todo mensaje es más que su contenido. El canal, el código y, en general, todos los elementos comunicativos, también dicen algo. A veces refuerzan el mensaje y a veces lo contradicen. Sospecho que es imposible comunicar algo sin que, al mismo tiempo que el mensaje, se cuele información sobre la ideología, las costumbres y la forma de ver el mundo del emisor. Inconscientemente, la mayoría de las veces.
Estoy seguro que Carl y Linda (fijaos que he puesto primero a Carl por defecto, otra vez el mensaje dando más información de la contenida simplemente en él) no se consideraban machistas, e incluso me atrevo a afirmar que rara vez se les escaparían ramalazos machistas, y que estos serían perdonables cuando ocurrieran. Pero no esta vez. No en un mensaje al espacio destinado a servir de carta de presentación de nuestra especie. Así no.
Vamos a analizar:
Tenemos a un hombre de aspecto mediterráneo, tal vez caucásico, saludando con la mano. Está desnudo y sus genitales quedan perfectamente a la vista. Es activo, toma la iniciativa en el contacto con el hipotético receptor del mensaje.
A su lado, una mujer que, por mucho que me esfuerzo, no puedo evitar ver como subordinada a su compañero. Su actitud es más relajada, casi indiferente. Sus rasgos faciales sí son un poco más ambiguos: podría ser tanto occidental como oriental. Tiene la mirada ligeramente desviada, no parece mirar directamente al receptor. En mi opinión, cede toda iniciativa de comunicación al hombre. No sé si es que no le interesa o es que está pensando en qué hará de cena para sorprender a sus invitados extraterrestres. Parece ausente, carece de toda expresión (tampoco el hombre es Jack Nicholson precisamente, pero al menos actúa). ¡Ah, se me olvidaba! Sus genitales están totalmente ocultos, o mejor dicho, no representados.
Si Linda hubiera dibujado esto con intención artística tendría todo el derecho del mundo, como cualquier otro artista, a dibujar lo que le dé la gana y como le dé la gana, y sus decisiones de diseño estarían basadas en criterios puramente estéticos o personales. El arte es libre. Pero esto es un mensaje se suponía que representativo de toda la humanidad y desprovisto de ideologías.
En su libro «La Conexión Cósmica», Carl Sagan dedica un capítulo entero al diseño de la placa y a las críticas que recibió. Según parece, la idea original era presentar a las dos figuras cogidas de la mano, pero se desechó porque podría llevar a confusiones a los extraterrestres; podrían pensar que se trataba de un solo ser (eso sí, que estos dos humanos aparecieran superponiéndose a la representación de los púlsares como colosos en mitad del espacio no se juzgó lo bastante confuso).
Sagan pretendía mostrar la forma de la mano con su pulgar oponible, de ahí que el hombre «salude» con la mano en alto, un gesto de buena voluntad. Lástima que la mujer estuviera «distraída» y no saludara también.
También menciona la crítica feminista sobre el hecho de que los genitales de la mujer desaparecieran. Parece ser que fue un caso más de autocensura de cara la puritana NASA. Al menos tuvieron el detalle de dejar los pezones. Aún así, la imagen recibió un aluvión de críticas por ser demasiado inmoral, incluso pornográfica, según algunas mentes preclaras de la sociedad estadounidense.
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