David y Claudia (Los Planetas, 1996)
Puedo hacer lo que quiera,
puedo hacer una esfera
y viajar en su interior
y llegar a las estrellas.
Puedo hacer que te vuelvas,
desde dentro hacia fuera.
Puedo hacer que no haya Sol,
puedo hacer que no lo veas
y que nadie nos recuerde nunca más.
Puedo hacer una prueba,
puedo hacer que me quieras,
puedo andar dentro de ti,
puedo estar en tu cabeza y
que no mires a nadie nunca más.
Durante muchos años, David y Claudia fue mi canción de amor favorita. Y, de hecho, la idea de este blog surgió al escucharla. En unas pocas frases, David y Claudia consolida una de esas ideas tan consolidadas en torno al romanticismo: tú y yo, juntos, somos imparables y podemos hacer cuanto queramos: no hay prueba demasiado grande que no podamos superar si lo hacemos juntos, o incluso si lo hacemos separados basándonos en este amor que nos da fuerzas.
Sin embargo, esa invulnerabilidad y esa omnipotencia tienen precio: el aislamiento. «Que nadie nos recuerde nunca más». ¿Cuántas personas se pierden en su relación al comenzar esta hasta el punto de dejar de ver a sus amigos, a su familia, de desatender sus obligaciones?
Y, lo que es peor: ese amor idealizado y omnipotente… Es forzoso. «Puedo hacer una prueba, puedo hacer que me quieras». ¿Por qué debemos forzar a alguien a querernos? ¿Y cómo es posible que nuestra aspiración frente a una próxima pareja sea «que no mires a nadie nunca más»?

Vega Perez-Chirinos Churruca

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Incluso la lectura romántica del tema se ve amenazada por una lectura más individualista y machista en la que el rol del hombre es el del gran señor, que afirma su voluntad con omnipotencia. "Puedo hacer". Primera persona del singular, voz masculina.
Gran Blog!!
Hoy una amiga me comentaba por Facebook que no deja de ser un reflejo de una relación concreta, la de Copperfield y Schiffer, y que eso explica esa grandilocuencia omnipotente. Me parece un punto de vista interesante, aunque creo que si es esta relación la que se usa para componer y no otra es por la admiración hacia esa figura machista del gran señor omnipotente. Muy de acuerdo contigo.
Grande tú, como todas las demás personas que me habéis ayudado a pensar sobre este tema (y que, lo dicho, estáis más que invitados a firmar en este blog).