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10 canciones de amor nada románticas

Todas conocemos canciones que cantan al amor romántico y sus mitos. Los celos que llevan al asesinato en Cruz de Navajas de Mecano, el Sin ti no soy nada de Amaral, La tortura de Shakira y Alejandro Sanz defendiendo que hay que aguantar de todo en nombre del amor…. Pero también hay muchas canciones que los desmontan, canciones de amor nada románticas. Hoy se celebra San Valentín. Aprovechando la ocasión, os voy a hablar de algunos mitos del amor romántico y de mis canciones favoritas para bailar sobre ellos.

Queremos celebrar San Valentín bailando sobre los mitos del amor romántico. Clic para tuitear

Mito de la media naranja

Según este mito, somos seres incompletos. Solo una persona está destinada a nosotras y completará nuestros huecos, llenando nuestra vida y proporcionándonos felicidad.

La Otra, en su canción Contigo, habla de ese amor sano en el que somos seres completos, capaces de ser felices sin pareja, pero que junto a quien queremos todo nos parece un poco más fácil. En realidad, esta canción desmonta bastantes mitos y es un canto a esa libertad que nos regala el saber amar bonito.

Mito de la finitud

Si amas a alguien no puedes amar a otra persona. Este mito nos cuenta que el amor es algo que se acaba y que hay que repartir. En realidad, el amor, como la amistad, cuanto más se reparte más crece.

En Corazón Nómada, Rebeca Lane canta al amor como agua, abono y tierra donde todo puede crecer. El amor no es un producto, es sangre y es vida dando vida.

Mito del amor jerarquizado y la pareja como “todo”

El amor de pareja es lo máximo a lo que aspiramos en cuanto a relaciones. Familia, amistad, soledad elegida… todo queda en segundo plano. Esto puede llevarnos a alejarnos de muchas personas que nos quieren y a quienes queremos. Recordemos que el amor romántico es solo una parte de nuestra vida: nuestros sueños, amistades, aficiones, trabajo, familia, etc. forman también parte del puzle.

Tremenda Jauría prefiere “bailar cumbia hasta que amanezca” en su canción Esta noche a pasar la noche con alguien. No siempre el romance es la opción elegida.

Mito de la exclusividad y mito de los celos

Nos cuentan que si nos gusta alguien no nos pueden gustar otras personas y que los celos son un signo de amor. Sin embargo, podemos amar a varias personas a la vez y no sentir inseguridad si ellas también aman a otras personas. Muchas veces los celos son síntoma de inseguridad, de querer poseer a la otra persona en lugar de dejarla crecer.

La preferida es una de mis canciones favoritas desde que la escuché. Un precioso bolero de Las Taradas que canta al amor sin ataduras, pero sí con cuidados y cariño.

Mito de la omnipotencia

“El amor todo lo puede”, “si me quiere cambiará”, “mi amor lo sanará”… ¡PELIGRO! Hay obstáculos internos en todas las personas y también hay circunstancias externas que pueden afectar. El amor no es una poción mágica, y menos en personas que no saben querer. Querer que una persona cambie es no quererla tal y como es, pretender que alguien que nos hace daño deje de hacérnoslo si aguantamos es peligroso para nuestra autoestima y puede serlo para nuestra integridad física.

No soy muy fan de Operación triunfo, pero sí de que en formatos tan generalistas se empiecen a escuchar discursos como el de “tengo claro que no me voy a fijar en un chico malo” de la canción Lo malo de Ana Guerra y Aitana. Me encanta que acabe esa leyenda de que los chicos “malos” nos gustan y que si aguantamos sus malos tratos cambiarán y nos amarán.

Mito de la eternidad y el sacrificio

Esa idea de que el amor verdadero es eterno, que si se acaba no encontraremos algo igual, que estaremos devastadas. Esa leyenda de que si queremos que algo dure hay que aguantar lo que sea, de que hay que darlo todo por el amor aunque se sufra, ese horrible refrán: “Quien bien te quiere te hará llorar”. Se puede amar muchas veces, se puede romper una relación aunque aún se ame, se puede amar de diferentes maneras. Cambiemos el refrán por “Que el amor valga la alegría y no la pena”.

Buika, esa voz con duende que nos habla de romper con las relaciones que nos hacen daño, canta Jodida pero contenta.

Mito de la heterosexualidad

Parece mentira, pero aún damos por sentada la heterosexualidad en el amor. Por suerte, cada vez más artistas cantan a diferentes manera de amar.

Kumbia Queers es uno de mis grupos favoritos de canciones de amor no románticas y siempre andan enamoradas de alguien, en esta canción le toca el turno a Daniela.

Mito del matrimonio o de la convivencia

Hay muchas manera de vivir el amor y de configurar una pareja. Y, aunque la sociedad en muchos casos nos conduce a registrar nuestra forma de vida de alguna manera, no todo amor está abocado al matrimonio o la convivencia. Tampoco el fin de todas las persona es acabar sus días en pareja.

De nuevo tenemos a Las Taradas, que este año han sido mi descubrimiento y me tienen loca con sus canciones de amor al no amor, con su canción Que no, que no!

 El mito de «o mala o buena»

A las mujeres siempre se nos ha situado en el binomio o bruja o santa, o amante o esposa, o sexy o madre. Pero las mujeres somos personas como los hombres, con múltiples facetas, y no se nos puede reducir a un tópico. No es necesario ser de ninguna manera para que nos quieran, lo válido es que nos quieran por nosotras mismas, tal como somos. Y si eso nos transforma en una Mujer inconveniente, siempre podemos cantar esta canción de Liliana Felipe.

El mito del libre albedrío

Esta es una concepción del amor como algo mágico. Es perder de vista que todos nuestros sentimientos, incluidos los amorosos, están influidos por factores socio-biológico-culturales.

Hay diversos estudios desde las distintas ciencias sociales (psicología, antropología, sociología…) que muestran qué factores afectan a nuestra elección de una pareja y a nuestra manera de entender el amor. Entender esos factores nos ayuda a deconstruirlos y a lograr que nos afecten menos. Esto nos permite comprender mejor nuestras elecciones y decidir un poco más fríamente, sobre todo en el caso de relaciones tóxicas.

El himno de más de una generación Me gusta ser una zorra de Las Vulpess ilustra esto. Las mujeres dejamos de ser sujetos pasivos esperando a nuestro príncipe azul. La sociedad cambió y la concepción del amor también.

Si queréis escuchar estas 10 canciones en Spotify, aquí tenéis la lista de reproducción.

Me he dejado muchos mitos y muchas canciones pero os recomiendo mucho esta otra lista de reproducción, El feminismo también se baila, para que sigáis bailando sobre la tumba de tantos mitos.

canciones de amor no románticas

San Valentín: martirio o barbarie

Mañana se celebra el Día de los Enamorados. Una celebración que nace en el Imperio Romano como homenaje a un sacerdote que se opuso al decreto imperial que impedía los matrimonios entre jóvenes (con la intención de asegurar la soltería de los soldados), por lo que fue encarcelado y martirizado, el 14 de febrero del año 270 d. C.

A día de hoy el Día de los Enamorados es una tradición simbólica y capitalista que poco tiene ya que ver con el homenaje al mártir, pero no hemos conseguido aún desvincular al propio amor romántico del concepto del martirio.

Romeo y Julieta, esa gran historia de amor de nuestra cultura, narra el amor de dos jóvenes que deciden casarse nada más conocerse, oponiéndose a sus familias, y provocando directa o indirectamente la muerte de varios de sus miembros, además de la suya propia. En cuestión de pocos días se encuentran, se enamoran, se casan y se suicidan.

Gente que quiere un romance como el de Romeo y Julieta

Imagen via Quelibroleo.com

En estas grandes epopeyas del romanticismo hay muertos, hay angustia, hay una necesidad del otro tan fuerte que no cabe sino el sacrificio de todo, incluyendo la propia vida, en pos del amor. El que este amor sea más bien enamoramiento, y tenga que ver con la fascinación inicial de dos personas que apenas se conocen no contribuye en absoluto a justificar ese heroísmo de los protagonistas.Sería interesante poder ver si seguiríamos hablando de Titanic diecisiete años después si Jack no se hubiera sacrificado por Rose, si no pudiéramos preguntarnos permanentemente por qué no se salvaron ambos («es evidente que cabían en la tabla«, en fin).

Ejemplo a ejemplo, en nuestro imaginario se va instalando la idea de que el amor es instantáneo, voraz, sufriente. No somos capaces de creer en el amor si no va acompañado de esa angustia vital. El amor es el joven Werther volándose la cabeza por un amor no correspondido. Lo demás no es amor, es capricho.

Las rupturas y los desengaños se lloran, se vomitan, se sangran. Y eso es lo que aporta autenticidad al amor. Le damos más credibilidad a quien deja de comer, de dormir y de concentrarse por un enamoramiento que a quien tiene una relación no posesiva y duradera en el tiempo. El martirio es nuestro estándar del estar enamorado.

Visto así, casi prefiero que hayamos olvidado las raíces de esta celebración y las cambiemos por comer bombones. Será capitalista, pero me parece más sano.

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