Etiqueta : metaforas

Agua fresca

Por Sandrula, finalista* del I Concurso literario «Parece amor, pero no lo es».

Planta que crece en la arena
Foto de Jill Heyer vía Unsplash

Una gota de agua  fresca moja la tierra seca,

tantas veces mojada y vuelta a secar.

Que supo ser huerta y también desierto,

que perdió sus ríos y volvió a empezar.

 

Una gota de agua fresca moja la tierra seca.

Se suaviza el suelo y se abre en dos,

dejando brotar al pimpollo atrapado,

al pequeño olvidado que pide ser flor.

 

Una gota de agua fresca moja la tierra seca,

tantas veces mojada y vuelta a secar.

Se estremece el día y refresca el aire,

se suaviza al suelo y se abre la flor.

Se suaviza el suelo y se abre en dos / dejando brotar al pimpollo atrapado / al pequeño olvidado que pide ser flor. Clic para tuitear

Sobre Sandrula:

Profesora de educación física, corredora amateur. Escribo como cable a tierra.

*Nota: este texto se enmarca en el I Concurso Literario «Parece amor, pero no lo es». Ha sido seleccionado como finalista por parte del jurado porque creemos que puede ser interesante para un debate en torno a la construcción de relaciones amorosas más sanas. No coincide necesariamente con la opinión de las personas que integran el jurado o la coordinación de Parece amor, pero no lo es. Si tienes algún comentario, no dudes en dejarlo debajo de este artículo. ¡Todo debate respetuoso es más que bienvenido!

El fútbol y las mujeres

«- Hola, me llamo Carmen y me gusta el fútbol. – ¡Hola Carmen!»

Así me siento a veces, como si confesar que eres una mujer y te gusta el fútbol te llevara a un grupo de ayuda para recuperar tu feminidad. Pero lo peor no es eso. Eso en realidad, me importa bien poco. Lo peor es luchar contra ese estigma de «las mujeres no entienden el fútbol». Es un deporte, ¡no un problema de astrofísica! Vamos a ver, que alguien me explique cual es la «lógica» que hace que una mujer no entienda las reglas de un deporte y un hombre sí. ¿Cuál es la conexión neuronal que hace que las mujeres entiendan el mecanismo de una lavadora pero no el fútbol? Y viceversa, ¿Cuál es la conexión neuronal que hace que un hombre pueda poner una excusa para no entender el mecanismo de una lavadora?

Hemos hablado sobre este tema del fútbol y las mujeres más de una y dos veces entre las autoras de este blog. Hace unos meses en un programa de televisión, salía una muchacha explicando reglas del fútbol «en lenguaje femenino». Metáforas sobre la cola para pagar en Zara, métodos de cortejo en la discoteca y demás. Pero oye, no te puedes enfadar porque han añadido «en tono de humor», y es que si te enfadas encima eres una loca feminazi que no sabe encajar una broma. No soy capaz de volver a visionar el vídeo porque me cabreé tanto. Tantísimo. Pero os lo dejo aquí para que sepáis de qué hablo.

Buscando este vídeo como «fútbol explicado para mujeres» estas son las perlas que salen en la primera página de youtube.

  • Este vídeo explicando cómo funcionan los mundiales. A priori cuando empiezas a verlo está bien explicado, no hace metáforas con ir de compras, seguro que mucha gente diría ¿no sé qué ves de malo en este vídeo?. «Para mujeres», es el problema. Porque este vídeo está muy bien, pero si fuera simplemente para «novatos», para «inexpertos», para «los que están perdidos porque nunca les ha interesado el fútbol pero quieren entrar en la conversación»… No «para mujeres». Esa condescendencia de «ven bonita, que te vamos a explicar en estos simples vídeos de youtube como funciona esto para que así puedas saber de qué va el rollo».
  • Este vídeo que dice «Guía de Fútbol para mujeres» cuando es la perfecta guía de introducción simple a fútbol… para niños de cinco años.
  • Y estas perlas para ilustrar todo lo contrario. ¡Ay! esos momentos de la vida que un hombre sólo es capaz de entender si se lo explicas con una buena metáfora futbolística.

https://www.youtube.com/watch?v=PAF_RI4SbAE

Sí, sé de fútbol, me gusta. Y sí, es posible que sepa más que tú de fútbol. Probablemente haya visto más partidos de fútbol profesionales, amateur y de niños que tú. Y a todo esto le tienes que quitar los últimos seis años de mi vida en los que me he mudado a un país en el que el fútbol es «soccer» y entre eso y el cambio horario, se hace cuesta arriba seguir el fútbol europeo. Sí, europeo. Cuando tenía menos de diez años mi padre y yo veíamos los partidos de la liga inglesa en Canal Plus y hacíamos apuestas a ver cuántos nombres de estadios ingleses podía recordar – ¡ay, la era pre-internet!

Esto no me hace menos femenina, ni un genio intelectual capaz de entender algún tipo de ciencia complicada para la que hay que estudiar durante años. Dejemos a un lado todos esos prejuicios y, por favor, enseñad a vuestros hijos a seguir el fútbol y a jugar a las casitas por igual, independientemente de si son niños o niñas.

 





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