Tal y como adelantamos en el post anterior, nos dejamos el mejor personaje para el final. Cuando menos es, en mi opinión, el personaje que mantiene una relación más sana y la que más se acerca a la idea del amor que se defiende en esta web. Nos referimos, sin duda, a Hanna Marin.
Hola, soy Hanna y soy así de mona
Hanna es la divertida, la gamberra, la más rebelde de las cuatro amigas. Es también muy presumida, va siempre a la última, y podría pasar por una chica superficial, pero no lo es. Es fuerte y decidida, muy fiel a sus amigas, a su madre y a su novio.
Antes de que Alison desapareciera, Hanna era una chica gordita (A.K.A le llenaron el jersey de cojines) a la que la rubia le tenía totalmente comida la moral. Tras desaparecer esta, Hanna gana en confianza, cambia su aspecto físico y se convierte ELLA, en la it-girl del momento. Ahí es cuando conquista a Sean (a su vez, el chico más popular del instituto), y forman ambos una pareja híper-mega-típica.
Peeeeero pronto llega a Rosewood un chico nuevo (Caleb), un adolescente sin padres que ha ido rebotando de orfanato en orfanato y de casa de acogida en casa de acogida sin que en ningún sitio le hayan hecho caso, y, claro, con ese perfil outsider a Hanna se le derrite el corazoncito rápidamente, y se enamoran al final de la primera temporada.
Hanna y Caleb en un momento de intimidad
Su relación, como la de Aria con Ezra o la de Spencer con Toby, ha tenido altibajos, rupturas y reconciliaciones, motivadas en su mayoría por el distanciamiento geográfico y por (la puñetera) A, pero se ha mantenido como la relación más fuerte y madura de toda la serie (incluyendo, por supuesto, a los padres de las protagonistas).
¿Por qué nos gusta tanto esta relación? Porque ambos se han ayudado y apoyado en todos los ámbitos y no se han mentido. Bueno, alguna cosa sí ha ocultado Hanna (como buena liar) pero en una proporción muy inferior a las demás. Entre otras cosas, Hanna acogió en su casa a Caleb cuando estaba en la calle, y después le ayudó a encontrar a sus padres biológicos y lo convenció para que los conociera y mantuviera relación con ellos. Caleb, por su parte, ha intercedido por Hanna y ha contribuido a mejorar la relación de esta con sus padres (que están separados) y ha ayudado a Hanna y al resto de PLLs a desenmascarar a A. Y así, un largo etcétera.
Está claro, y hemos podido comprobarlo profusamente en esta serie de posts, que la vida de estas muchachas tiene poco que ver con la vida real. Ellas se enfrentan a cosas en su día a día que exceden la problemática habitual de los chicos de su edad. No obstante, que la serie sea poco creíble o exagerada no significa que no haya valores positivos que se puedan extraer de ella, all jokes aside. En el fondo, al menos en nuestra opinión, Pretty Little Liars es una serie que trata de la amistad, de la unión inquebrantable de cuatro chicas que sufren un nivel de bullying tremendo, y que van evolucionando a lo largo de la adolescencia y aprendiendo de la situación desafortunada que viven.
En esa misma línea, siempre según nuestra opinión, se sitúa la relación de Hanna y Caleb. En ellos se ve amor, y sobre todo se ve respeto. No se quieren desde la idea de la posesión, sino de la generosidad: por eso ambos luchan y se empeñan por hacer la vida del otro mejor. Me parece importantísimo reflejar esta forma de vivir una relación en una serie que ven tantísimos adolescentes, aunque la temática de la serie no sea esa.
¡Con esta humilde reflexión nos despedimos! Deseamos que los fans de la serie hayan encontrado interesantes nuestros análisis, y que los despistados que aún no la hayan visto, se decidan. Hágannos caso: el adolescente que vive en cada uno de nosotros se lo agradecerá.
Las relaciones amorosas en Pretty Little Liars (III): Spencer
Queridas peleleras: vamos a continuar nuestro repaso a las protagonistas de tan insigne show. La idea de esta serie de posts y el orden que estamos presentando es recorrer un camino desde el descontrol y el puterío (en el sentido más gamberro y menos serio de la palabra) más descarado, encarnado por Emily, hasta la sensatez y la estabilidad representadas por Hanna. En medio de ambas se encuentran Aria, bastante obsesiva pero fiel a Ezra, y Spencer, que… también tiene sus cosillas.
Spencer Hastings
Spencer Hastings es, sin ninguna duda, el cerebrito, la empollona, la intelectual del grupo. Podría decirse que es la más inteligente y, aparentemente, la más fría, la menos emocional. Podría decirse, pero sería un error. Spencer creció en una familia hipercompetitiva y estresante y eso ha marcado/está marcando su adolescencia*. Es una chica muy confundida e impulsiva, que actúa de manera irracional durante casi toda la serie, y a la que sólo la relación con Toby la va ayudando progresivamente a ganar estabilidad emocional (lo cual sería reprochable si se tratase de una adulta, pero, siendo adolescente, entiendo que debemos contemplarlo como algo más «normal»).
En los inicios de la serie, Spencer pasa el tiempo colgándose de los novios de su hermana (la malvada Melissa) y, eventualmente, enrollándose con ellos.
Con Wren, a la izquierda e Ian, a la derecha
Después de conocer a Wren y tontear con él, inicia una relación con Toby. Es una relación desestabilizada por muchos acontecimientos y dudas, entre ellas Wren (que, por su parte, también tiene sus escarceos con Hanna; no vayamos a pensar que en PLL las únicas picaflores son nuestras protas). Primero las PLLs descubren que Toby tenía relaciones con su hermanastra, después es acusado del asesinato de Alison, más tarde colaborará con A (para intentar ayudar a las chicas, se supone), luego desaparecerá un tiempo… A diferencia de la relación de Hanna y Caleb, que atraviesa varias épocas de cierta estabilidad, la relación de Spencer y Toby parece estar constantemente en la cuerda floja y, sin embargo, ambos se las apañan para seguir juntos…
Spoby a punto de darse su primer beso <3
Todo lo dicho anteriormente me lleva a pensar que ésta es la única relación, junto con la ya mencionada de Hanna y Caleb, que refleja con cierta verosimilitud lo que es el amor a esa edad, y proyecta valores sanos y positivos que son muy interesantes para el público hiperadolescente de la serie. Evidentemente, estas adolescentes no tendrán que lidiar a diario con un bully/stalker asesino ni perderán a sus novios por eso, pero vosotras me entendéis.
En conclusión, que en esta ocasión me rindo: good for you, Marlene. Con Spencer y Toby nos has regalado una relación de lo más mona, y para muestra, un botón:
Spencer y Toby: Spoby
En el próximo post, por fin podré hablaros del que, para mí, es el mejor personaje de la serie: ¡Hanna Marin!
***
*Lo siento: me resulta rarísimo hablar en presente de su adolescencia cuando Troian Bellisario, la actriz que la interpreta, es apenas unos meses más pequeña que yo y ya no cumplirá los 30…
Las relaciones amorosas en Pretty Little Liars (II): Aria
En mi último post, expliqué los motivos por los que algunos colaboradores de este blog y servidora somos fanses acérrimos de la serie Pretty Little Liars. Tal y como adelanté al final del post, hoy vamos a continuar el repaso a las vidas amorosas de estas muchachas hablando de Aria Montgomery.
Aria Montgomery, personaje de Pretty Little Liars
Aria es la sensible, la poeta, la única de ellas que muestra inquietudes artísticas claras. Le apasiona leer y escribir, por lo que no es nada raro que su gran amor sea un profesor de Literatura recién llegado al instituto al principio de la serie.
Aria presenta en la serie dos grandes obsesiones: sus outfits imposibles y su amor por Ezra. Se conocen casualmente (my ass) en un bar de Rosewood y el flechazo es instantáneo. Más tarde averiguaremos que aquel encuentro fue buscado por Ezra porque estaba escribiendo un libro sobre la desaparición de Alison y necesitaba penetrar de alguna forma en su círculo de amigas, pero qué más da. El flechazo ya se ha producido.
Durante las dos primeras temporadas, la muchacha es monotemática. Que si Ezra esto, que si Ezra lo otro. A tu mejor amiga igual la acaban de atropellar, pero OyemiraloquemehadichoEzra, quémonoes.
I rest my case
Y es verdad que el chico es muy mono, pero, ¿y la lucha interior por enrollarte con una alumna menor de edad? ¡Que la serie es de ABC Family! No, a Ezra sólo le preocupa que no les pillen y, más tarde, cuando los padres de Aria se enteran, que ellos les acaben aceptando. En fin, supongo que hay opiniones para todo en este aspecto. La mía, desde luego, es que el comportamiento de Aria es comprensible (tiene 16 años y se enamora) pero el de Ezra no. Al menos sabemos que no tienen relaciones sexuales desde el principio, pero… Aun así, esa relación me parece de una moral, cuando menos, dudosa.
Pero volvamos a Aria. Aunque es indudable que Ezra es el niño de sus ojos, no pierde la oportunidad de algún escarceo puntual en los momentos in-between. Tontea un poco con Noel, un estudiante tan malvado como guapo; con Jason, el hermano de Alison, y para terminar, con Jake, un profesor de artes marciales que huye despavorido de Rosewood cuando A le deja el saco de boxeo minaíto de cuchillas (pobre muchacho). A pesar de todas estas minihistorias, la sombra de Ezra nunca deja de planear su día a día; como dije al principio, es su obsesión durante toda la serie. De hecho, ambos forman una pareja muy querida por los fans. Tanto, que Marlene King (la creadora de la serie) se hizo caquita encima y no fue capaz de mantener a Ezra como A (aunque los que siempre defendimos su implicación tuvimos varios capítulos para disfrutarlo).
Conversación entre Aria y Jake
En definitiva, Aria es otra adolescente un poquito disfuncional en sus relaciones amorosas, pero al menos es consistente en sus obsesiones (eso no podemos negárselo). Hasta que no lleguemos a Hanna Marin y su relación con Caleb no veremos una relación madura y sensata en la serie. No obstante, para eso aún nos queda, porque en el próximo post hablaremos de… ¡Spencer Hastings!
Las relaciones amorosas en Pretty Little Liars (I): Emily
Como ya habréis notado, en este blog la temática de muchos posts viene muy marcada por la actualidad. Es un blog que tiene un planteamiento serio y unas ideas serias, pero que no renuncia en ocasiones a reflejar otros puntos de vista más cómicos. Entre las miles de cosas que debatimos de forma cibernética los que colaboramos aquí se encuentran también las series de televisión y el cine, y cómo estos contribuyen a perpetuar esos tópicos que tanto nos desagradan en esta página. Pues bien, os lo confieso: yo tengo alma de adolescente. Es más, la mamá de este blog, de este proyecto, también tiene alma de adolescente. Y, como tales adolescentes que en parte somos, nos encanta la serie Pretty Little Liars.
No es momento de hablar del argumento de la serie (eso sería más apropiado en otro tipo de blogs), sino que sólo nos interesa dejar constancia (con un poco de rigor y un mucho de guasa) de cómo son las relaciones amorosas entre adolescentes según los productores de este éxito de la televisión estadounidense. Dado que hay cuatro personajes protagonistas, serán cuatro los posts que vamos a ir presentando. Hoy comenzaré con el plato fuerte: Emily Fields. Ah, que no se me olvide: major spoilers included.
Emily Fields, de Pretty Little Liars
Emily es una muchacha muy tímida que, en la primera temporada de la serie, confiesa a sus amigos y a su familia que es lesbiana. Aunque en los primeros capítulos está saliendo con un chico, muy pronto lo deja e inicia una relación con el que será su primer gran amor (Maya), otra adolescente viejoven recién llegada a Rosewood. Hago aquí un pequeño paréntesis para aplaudir a ABC Family por incluir este personaje y tratar de presentarlo con la mayor naturalidad posible, eso hay que reconocérselo. Emily encandena varias parejas, tontea con ellas, se besa con ellas, corta con ellas, y todas las fases y la problemática habitual es mostrada con el mismo respeto que la productora tiene hacia el resto de adolescentes.
Peeeeeeeeeeeeeeeero (porque tenía que haber un pero) el personaje de Emily tiene un problema: es tan sosa y tan lacia que no te crees sus relaciones. Y, para más inri, todas las cosas raras le pasan a ella. Sí, no exagero: os voy a contar su historial amoroso y veréis que tengo razón. A ver, el primer gran amor de Emily es su mejor amiga (Alison), que durante su adolescencia se dedica a tontear con ella y darle algunos besitos mientras espera the real thing (dicho por ella misma). Un día, Alison desaparece (¿es asesinada?) y Emily cae en depresión.
Al tiempo, conoce a su primera novia (Maya), pero apenas les dejan tiempo de disfrutar: Maya es enviada a una especie de campo de trabajo barra reformatorio para curarse de su adicción a las drogas (porque le encuentran un porro en la mochila, cuidao) y allí conocerá al que después será su asesino. Off topic: al final Emily se venga y lo asesina a él, en defensa propia, claro.
Cualquiera diría que acaban de matar a su novia
Total, ¿por dónde iba? Maya se va al campo de trabajo barra hogar católico antidrogas y Emily se enrolla con otra nadadora (porque Emily nada y es muy guapa) (¿no había dicho aún que Emily es SÚPER guapa?) pero, como esta nadadora (Paige) también tiene arranques de homofobia, intenta ahogarla en la piscina así, para hacer la gracia. No lo consigue y, como premio, se lían un tiempo. Muy lógico y adolescente todo. Emily se cansa de los rollos de lesbiana in-the-closet de Paige y se lía con Samara, una rubia muy mona y que no está loca ni fuma porros, pero A (el malo malísimo de la serie) las separa con sus amenazas y sus chantajes de siempre.
A Emily parece que todo esto le afecta mucho, porque siempre tiene su cara de estreñimiento dramático:
Emily Fields, de Pretty Little Liars
Después de ser asesinada Maya, Emily pasa su duelo con Paige de nuevo, y este reprise están varios meses (¿años? El tiempo en PLL es un concepto difícil de abarcar) juntas, y puede decirse que es la época «normal y sana» de Emily. Pero ese período normal dura poco: Paige se marcha fuera a vivir y Emily cae en una etapa un poco confusa de la que aún no ha conseguido salir: primero, se lía con una cocinera casada (con un hombre); después, ¿se enrolla? ¿se acuesta? (el sexo en PLL es otro concepto difícil de entender) con Alison, su primer gran amor prohibido (que sí que estaba viva, a todo esto), porque sí, porque that’s what friends are for. Y ya para terminar, acoge en su casa a una chica, un personaje nuevo (Sara Harvey) con el que también se enrolla, porque Emily es Emily y nunca nos defrauda.
Al principio dije que Emily tenía dos problemas: que los guionistas sólo escriben historias dramáticas para ella y que ella en sí es muy sosa. Sobre este segundo aspecto sólo diré que aún estoy esperando una escena apasionada de Emily, y no creo que sea porque es lesbiana, sino porque es MUY LACIA. Pero como siempre le digo a mis amigos… Es tan guapa que todo se le perdona.
En la próxima entrega os hablaré de Aria y su amor ilegal con su profe de Literatura.
No sé si os suena una serie muy mala muy mala muy mala de las que te dan un poco de vergüenza decir que sigues sobre cuatro adolescentes que tienen una amiga pero de repente ya no la tienen porque está muerta y hasta aquí puedo leer (la serie es Pretty Little Liars y otra persona os hablará más y mejor de ella). Pues resulta que la amiga muerta al principio era una chica delgadita y tal y al final ya no. Después de pasarse años metiéndose con otra porque estaba gorda y con todos los demás por lo que fuera, y va y deja ella de estar mega buena. Ya te vale, Ali, ya te vale.
Curiosamente, a la gente no le parece fascinante que una chica muerta dure 6 temporadas en pantalla, sino que la chavala ya no esté delgada y, con todo su derecho (¿¿??), la han empezado a putear, así como quien no quiere la cosa, y a pedirle explicaciones.
Pasó de estar así de mona…
… a estar así de mona vestida de madre.
Y VA LA TONTA Y SE LAS DA. Que ha estado experimentando un desequilibrio hormonal muy agresivo. A ver, niña, muy agresivo es invadir Polonia, y ese desequilibrio hormonal se llama adolescencia.
Casi na.
A ver, cuñaos del mundo que tenéis que opinar sobre todo: sólo hay una razón para engordar/adelgazar: comer más/menos de lo que gastas. Que sí, que tu tiroides está fatal y gastas menos. Que sí, que comes muy poquito y muy light. Que sí, que tu cuerpo se acostumbra y para el final de la dieta ya no adelgazas tanto. Ya. Pero la fórmula sigue siendo la misma. Que el metabolismo sea un cabrón es otro tema.
Entonces, si la respuesta está clara… ¿Por qué pregunta la gente? ¿Están preguntando por qué Sasha no sé qué (aquí su nombre real y su wiki y todo) ha comido más de lo que ha gastado? ¿Están preguntando si come porque la ha dejado el novio/está embarazada/se aburre/tiene depresión/tiene que deshacerse de un cadáver y se lo va zampando poco a poco/simplemente le gusta comer y no tiene que daros explicaciones? A mí de verdad que me resulta mucho más impactante que esta chica haya muerto como 4 veces, un par de ellas por un malentendido, y que tenga esa buena cara.
Pero, en realidad, aunque esto parezca gordofobia no lo es. A mí la gordofobia, como todas las fobias excepto la fobia a las cucarachas, me molesta mucho. Pero aunque lo parezca no es eso. Es simplemente prepotencia. Yo, Jane Doe, residente en el sótano de mis padres en algún lugar del Medio Oeste Americano sé que tú tienes que conocer mi opinión sobre cualquier aspecto físico, intelectual o emocional que muestres al público. Porque mi opinión es muy importante.
Ays, qué daño ha hecho Internet…
Que no, que tu opinión no le importa a nadie. Que sí, que obviamente tienes una opinión. Es normal enterarnos de cualquier tipo de cosa y tener una opinión. De hecho, es preferible a no tenerla, normalmente indica por lo menos capacidad para pensar. Pero una cosa es opinar, que hacemos todos de manera inevitable, y otra es ir a quien sea, tirarle del brazo hasta que te preste atención y soltarle tu opinión. Eso se llama juzgar (diferencia importante) y denota (por si no ha quedado claro) prepotencia. ¿A ti quién te ha dicho que yo tenga que saber tu opinión? ¿Que me importe? ¿Que tengas derecho a imponérmela diciéndomela? (Diferente, por supuesto, a que yo te la pida o se esté en un lugar propicio al tema). A ver, para que nos entendamos, es como si voy por la calle y le digo a todo el que me parezca feo que es feo. Tengo derecho a decirlo. También puede ser que hiera los sentimientos de alguien y/o me partan la cara. En mi humilde opinión, de manera merecida.
La libertad de expresión, para mí, es de esas cosas que hay que aprender a usar. Es decir, que está muy bien, siempre y cuando a la vez se aprendan cosas como el respeto, la igualdad, la humildad y que para decir tonterías no digas na. De verdad que espero que algún día aprendamos la diferencia entre libertad de expresión y exigir a los demás que nos expliquen sus vidas para que decidamos si merecen vivir.
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