Nuevas paternidades y conciliación: #papiconcilia

Dedico esta entrada a tres padres: el mío, el de mi hijo y ese que tiene como prioridad en la vida recoger a su hija del colegio.

Me siento a escribir esta entrada después de la enésima discusión con mi ex.

Hace ya ocho meses que me separé. Llevo dos días esperando respuesta a tres cuestiones:

  1. Qué hacer con la tortuga, que se ha despertado de la hibernación
  2. Saber si me va a dejar la Nintendo 2ds del niño
  3. Si podemos alterar el orden de las semanas de la convivencia con nuestro hijo por un asunto personal… Por favor… Yo creo que yo estoy siendo muy flexible y generosa contigo.

Mi hijo lleva hoy cinco días sin hablar con su padre (ni por teléfono) porque tiene mucho trabajo. Aún así tengo una especie de custodia compartida extraña en período de pruebas. Con ese mismo padre. Por mi «culpa».

Tuvo mi hijo, durante seis años, a un padre que cambiaba pañales, daba papillas, duchaba, dormía a mi hijo. Ese mismo padre era incapaz de llegar antes de las ocho de la tarde. Una persona que nunca hizo por venir a comer entre semana (ni siquiera el viernes). Es el padre «quiero pero no soy capaz de sacrificar mi carrera». Y no es que fuera mal padre (no lo es según mi criterio, a lo mejor el tuyo es diferente. Si es así, me lo puedes decir en los comentarios), es que no tenía ninguna base social, cultural o filosófica para entender la importancia de pasar tiempo con su hijo.

Sin embargo, hará cosa de un mes, después de pelear mucho porque me cambiaba constantemente las visitas, dijo las palabras mágicas «quiero la custodia compartida». Que a mí me parece estupendo compartir con el la custodia con él… Con él… Sí, con ÉL. No con su madre o con su nueva novia de 19 años con un más que evidente problema psicológico…

Custodia Compartida Malasmadres
Imagen vía Malasmadres

Después de casi quedar sin respiración…. Indignarme porque en meses después de la separación era como si no existiera…. Cabrearme mucho… Llorar… Ir a una psicóloga especialista, una asesora legal y una abogada… Después de desearle una larga custodia compartida con un niño con gripe sin poder trabajar… Decidí que sí. Que tenía que por una vez que aceptar que los «QUIERO» y los «PUEDO» tienen que ir en consonancia. Por una vez tendría que adaptar su vida a la de su hijo, y no al revés. Entonces decidí que sí. A ver si había huevos de tener una compartida. Adelante. Hay que probar.

Te preguntarás qué ha pasado en este mes…

Bueno, esta semana ya ha incumplido su acuerdo. Pero se lo dejo pasar, soy así (de gilipollas, dirás, pues no). ¿Compartimos al 50%? Bueno… Más bien estamos a un 40-60% (por ser generosa) y no sé cuanto va a durar. No me fío, no sé si durará. Me voy haciendo con mi tribu.

Yo no sé si su trabajo desde entonces se ha resentido, el mío después de separarme se cayó como plofffffff… Ahora, meses después, empiezo a recuperar el ritmo. Ahora incluso SOY FELIZ la mayor parte del tiempo, a pesar de todo. Pero porque me he encontrado y reencontrado con gente extraordinaria.

Yo sigo haciéndome cargo de parte de su complicada agenda (vamos, que me manipula para que me quede con el niño cuando él tiene «citas ineludibles»), porque él también está ayudándome con otros temas. Un win-win forzoso.

¿No me entiendes?

Sin embargo para mí ha sido difícil que los demás entiendan mi decisión. Eso de no querer luchar por llevar la contraria es algo como de… Sí, de #malamadre.

Por supuesto, como he dicho que sí sin protestar, ni llevar a juicio, ni nada, ya no tengo derecho a estar triste cuando no está ni a preocuparme.

En más de una ocasión he tenido que aguantar frases de personas muy cercanas cómo «yo no se la hubiera dado sin pelear», «al final se ha salido con la suya», «ese ni quiere al niño ni nada, lo que quiere es no pagar», «yo desde luego hubiera peleado al menos»… Resuena en mi cabeza eso de #malamadre y poca gente se da cuenta que no sólo es lo mejor para el niño, sino lo mejor para mí. Porque es en lo que creo. Porque es lo que los tres nos merecemos y a lo que nos comprometimos.

#papiconcilia

El libro de #papiconcilia salió a raíz de las sugerencias de algunos padres concienciados con la crianza con apego después del éxito  #mamiconcilia. Padres que, ellos sí, creían que sus hijos merecían de su tiempo y su atención. Padres que creyeron que eso de que la carrera profesional fuera lo primero, era una falacia. Padres que abandonaron proyectos, crearon empresas, modificaron horarios, etcétera, para estar más tiempo con sus hijos. Ellos se vieron abocados a las críticas. De ellos no se espera que hagan eso… Y de nosotras tampoco, la verdad.

Papiconcilia
Portada de #papiconcilia, disponible aquí

Dentro de las nuevas masculinidades se cree que los movimientos feministas no se preocuparon de sacar al hombre de su rol. Tienen su parte cierta. Algunas corrientes feministas, han tratado de igualar la mujer al hombre. Otros han hecho del feminismo de la diferencia hembrismo. Incluso se han utilizado en otros argumentos biologicistas para indicar que los hombres eran en esencia violentos y que deberían reeducarse.

Es cierto, quizás, que las mujeres no hemos tenido mucho interés en sacaros de vuestro rol… Pero es que ya teníamos bastante con sacarnos del pozo, al que cultural y socialmente nos somete el patriarcado. Ya que tenéis unos privilegios, revísenlos, úsenlos para salir de ese rol.

Creo que la actitud valiente de aquellos que se salen de los esquemas sociales para el bien de las futuras generaciones es aplaudible. Pero sin faltar con aquello que las mujeres llevamos años ganando a pasos de sangre. A pesar de todo, a vosotros, después de vuestro atrevimiento la mayoría de personas os miran con una mezcla de respeto y admiración. Casi tenéis más ganado el derecho a ser amos de casa, tomar jornada partida o una excedencia que nosotras. La sociedad, en este momento, en este lugar del mundo, nos obliga a ser supermujeres.

Pero… La verdad… Me he emocionado leyendo. Mucho. Os sentía tan cerca, chicos. Sentía tantas ganas de coger el ebook y enviarlo con «mucho amor» a mi ex. A ese que me dijo «qué te crees, ¿que tu vida es más importante que mi trabajo?». Pobre de su sentido de la existencia.

Y vuelvo a decir que no es de los peores. Que ha cambiado más pañales, preparado más baños y ha hecho más salidas al colegio que yo. Pero el sentido de todo eso… No lo debe tener muy claro. Hay quien lo ve una carga y quien lo ve un privilegio.

Nuevas paternidades

Ser padre ya no es lo que era. Yo tuve la suerte de tener un padre que me llevaba al campo y a pescar. Que me regaló un coche teledirigido y me llevaba con él a trabajar. Pero era tanto el contraste con los padres de mis amigas… Sí, de mis amigas. Porque con ellos era diferente. A ellos sí los llevaban al fútbol, tampoco mucho más.

Yo me enternezco cuando veo a un padre con su camiseta heavy pararse ante los escaparates llamados por la llamativa Frozen o Hello Kitty. O tararear la canción de Frozen. O poner por enésima vez la película de Frozen. O comprar braguitas de Frozen. Sí, Frozen es la it girl del momento. Si no que se lo digan a un «new dad». Te quiero así. Sí, de verdad… Prefiero que nuestra canción sea Frozen, que la más romántica (oh, no, romántico y tóxico, noooo).

La cuestión es que ya hay muchos padres que no necesitan reafirmarse ante la machada siendo el más macho. Vale que tampoco muchos hablan de niños más allá de la sala del pediatra… Pero ahí están.

Las nuevas hordas de nuevos padres están en los parques solos, ¡¡¡sin su mujer!!! Y lo mismo ni están divorciados ni nada. Invaden los vestuarios de natación. Los cuenta cuentos. Las salas de cine. Y algunos (haberlos haylos) que compran vestidos y disfraces piratas SOLOS. Y no les pasa nada. Dicen incluso que saben el camino de vuelta a casa.

Buenos Padres
Imagen vía Malasmadres

Vale. No he llegado a preguntar cuáles de ellos están divorciados. Seguramente se convierte en una pista de ligue la sección infantil de Primark o Kiabi. Pero lo mismo no.

Los padres ahora tienen la oportunidad de molar. Ellos tienen la oportunidad de disfrutar de sus hijas probándose todas las faldas de Primark. De ver cómo sus hijos pasan como de incógnito por la sección de Barbie de Toys ur us. De preparar la comida y que te la dejen tirada. De conocerse de memoria todas las bandas sonoras de las películas de Disney y Pixar.

Seguid invadiendo espacio

Visibilizaros también fuera de Internet. No os escondáis si os sabéis de pañales y papillas más que muchas de nosotras. Tomad las calles de la sección de ropa infantil de carrefour.

No dejéis que os demos consejos sobre cómo vestir a vuestros hijos como si os acabaran de sacar de las cuevas del neardental. Coged espacio y disponed de él en las actividades de los niños, las reuniones del AMPA, los pasillos de zapatos de uniforme del cole, en el pediatra, los parques…

Ganad espacio hablando amorosamente de lo que os gusta recoger a vuestros hijos en las reuniones del trabajo.

Hacedlo tanto que seáis legión.

Querido ex, padre a medias conmigo

No, no te odio. Sólo te digo que revises tus principios y tus privilegios. Esos privilegios que como hombre blanco, europeo, con estudios, residente quince años en Alemania, proveniente de una clase económico social media, tienes.

Esos privilegios que no tuve yo, cuando al parir a mi hijo me despidieron de mi puesto directivo. Eso que hizo que yo sí me decidiera a trabajar desde casa.

Querido ex, revisa tus privilegios. Revisa tus prioridades. Revisa tus principios.

* Un abrazo enorme a todos los padres blogueros. Ayudáis a educar a la sociedad. Visibilizáis nuevos movimientos. Padres blogueros que se derriten al poner la foto de los niños a la hora de la siesta PORQUE ESTÁN EN CASA A LA HORA DE LA SIESTA.

**Papá, gracias por existir. Te quiero un montón. 

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Eva Gonzalez Mariscal

5 comentarios

  • Gloria Rojas

    Wow!! valiente post!! me dejaste boquiabierta querida… criar sin el padre del hijo apoyando es difícil pero no imposible… Tu ex aprenderá.
    Abrazos desde Chile!!
    Te sigo

  • Vega Perez-Chirinos Churruca

    Hace unos meses vi en Twitter a un emprendedor de estos de Silicon Valley pasar el domingo tuiteando con entusiasmo que se había quedado todo el día con su hijo porque su mujer trabajaba y era una sensación fantástica. El niño tendría unos ocho meses y era el primer domingo que pasaba con él. Porque su madre trabajaba. A ver si asumimos una vez que la crianza es compartida, antes y después de las separaciones.
    Mucho ánimo.

  • Vega Perez-Chirinos Churruca

    Hace unos meses vi en Twitter a un emprendedor de estos de Silicon Valley pasar el domingo tuiteando con entusiasmo que se había quedado todo el día con su hijo porque su mujer trabajaba y era una sensación fantástica. El niño tendría unos ocho meses y era el primer domingo que pasaba con él. Porque su madre trabajaba. A ver si asumimos una vez que la crianza es compartida, antes y después de las separaciones.
    Mucho ánimo.

  • Julia Mediavilla

    Llámame #malamadre pero yo, que estoy criando dos adolescentes sin su padre, que vive en Alemania y que sólo se implica para criticar, juro que hay días que pregunto a quien le puedo yo pagar la pensión de alimentos para que me las entregue descansadas, limpias y relajadas los fines de semana para que yo las lleve al cine. Si a la custodia compartida. Por los hijos, que se merecen dos padres. Por los padres, que tienen que aprender que sus hijos van antes que ellos, y por las madres, que merecemos nuestro propio espacio de crecimiento personal.

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